El dato pone de manifiesto que «estamos en la salida de la fase aguda de la epidemia, pero no se puede bajar la guardia», advirtió ayer Javier Arranz, portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas. Sobre todo, debido a que la vuelta al trabajo de muchos sectores esta semana podría provocar un aumento de casos entre la población balear que, previsiblemente, serán detectados a lo largo de la semana que viene, auguró.
Seguir en guardia
Arranz hizo hincapié en la rueda de prensa de ayer en que «es el momento en el que hay que mantener la guardia más alta». Una actitud que permitirá alcanzar «en las próximas semanas o meses a una situación de transmisión baja y un buen nivel de control».
«Entiendo que, cuando decimos que estamos saliendo de esta fase, la gente tenga tendencia a querer salir, pero todavía no es el momento. Las medidas de distanciamiento personal, higiene respiratoria, higiene de manos, uso de mascarilla cuando sea recomendable, etcéra, las tenemos que mantener», insistió.
Unas precauciones que apuntó que probablemente deban tener interiorizadas los profesionales sanitarios «durante bastante tiempo».
Resto de cifras
En los hospitales de las Pitiusas continúan ingresadas 41 personas por COVID-19, 11 de ellas en las unidades de cuidados intensivos.
Otros 24 pacientes con síntomas leves reciben atención domiciliaria para controlar la evolución de la enfermedad.
Se mantiene en tres el número de profesionales infectados, aunque sube de 15 a 19 el número de sanitarios en vigilancia.
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