El cineasta catalán afincado en Ibiza Xavi Herrero tenía previsto estrenar ayer su nuevo documental Geige. Sin embargo, debido a las medidas de excepción que se están tomando desde el Gobierno central y el Govern balear para frenar el avance del temido coronavirus tiró de originalidad y planteó una manera novedosa de hacerlo. La presentación se hizo online, con dos sesiones a través del popular canal de vídeo Vimeo para que quien lo quisiera lo pudiera ver en su casa a las 16.00 y a las 21.00 horas. El alquiler costó 3,11 euros, estando disponible durante un período de 24 horas, y la compra definitiva del documental 15,12 euros, con posibilidad de ver y descargar en cualquier momento.
Herrero rodó este documental tras el enorme éxito que cosechó con Moonface. Una mujer en guerra, centrado en la vida y trayectoria de la conocida fotógrafa Christine Spengler, y justo antes de marcharse a Mauritania para embarcarse en su ambicioso proyecto Salka sobre la vida que rodea al tren de la compañía Snim, considerado el más largo del mundo.
De hecho, según explicó el director catalán, en Geige dio un giro radical en su nuevo trabajo contando la vida de Justin Kullemberg, un violinista alemán sin techo que es conocido desde hace años popularmente como «el violinista de la Marina».
Para ello le acompañó en su día a día por el Mercadillo de Sant Jordi, el Puerto de Ibiza, el barrio de la Marina, Dalt Vila, la Plaza del Parque o la conocida tienda de instrumentos musicales Musicasa, donde su dueño, Juan Carlos Escandell, vuelve a ofrecer a Justin un violín de segunda mano después de que el que tenía se lo hubieran robado en la calle.
El violinista de la Marina
Justin Kullemberg es natural de la ciudad alemana de Hamburgo y tras pasar por Berlín y Mallorca, llegó a Ibiza en el año 2008. Aquí se ha convertido en un habitual de las noches de la Plaza del Parque o la Marina, siempre animando a los turistas o residentes con la música que sale de su inseparable violín. Es, según asegura Xavi Herrero, «un músico de carácter optimista y positivo que vive por y para la música, que acepta de buen grado vivir al margen de la sociedad, y que sólo lamenta de ser un sin techo la poca intimidad que tiene para seguir ensayando y estudiando para prosperar como violinista».
Todo esto lo descubre el espectador en un documental que se extiende durante una hora y 12 minutos, grabado a ritmo lento y contemplativo y dando gran protagonismo a los primeros planos frontales. Se trata, según explicó Herrero, de un documental rodado en blanco y negro «que ahonda de un modo optimista y sencillo en la intimidad de Justin, abordando sin tapujos la conflictiva relación que mantiene con su hermana, viajando a su Hamburgo natal, y en el que se explica su proyecto secreto y su adicción a la bebida».
Igualmente, se cuenta «cómo es la vida eminentemente nocturna y a veces sórdida del protagonista en una las callejuelas laberínticas de Dalt Vila de invierno y en solitario».
Gran importancia de la música
Además, como no podía ser de otra manera, en Geige la música juega un papel fundamental. Junto a la que sale del violín de Justin y que fue grabada en directo, se incluyen 18 temas en los que predomina el jazz. De hecho, una vez que se terminó la grabación de todos los planos y antes del montaje definitivo, Herrero puso en marcha una campaña de crowfunding para poder comprar los derechos de las canciones.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.