El caso juzgado ayer hace referencia a dos episodios ocurridos los días 23 y 28 de noviembre de 2017, unos hechos que fueron denunciados por la madre de una menor y que conllevó la detención del guardia civil, la imposición de una orden de alejamiento y la prohibición de entrada a las piscinas. El investigado se encuentra fuera de servicio desde hace dos años
En el juicio celebrado ayer, el acusado negó las acusaciones y haberse sacado el pene. «Sería incapaz. Ni se me pasa por la cabeza hacer un hecho como el que se me acusa. Desde que me levanto hasta que me acuesto mi objetivo es hacer el bien. Tengo un espíritu que busca el bien», subrayó el acusado en su turno de última palabra.
Relato coherente de la niña
No obstante, estos argumentos fueron rebatidos por el Ministerio Fiscal, la acusación y la médico forense que declaró en la sala.
Así, en sus conclusiones finales, el fiscal remarcó que la psicóloga había calificado como un relato «lógico, estructurado y coherente» las palabras de la menor en las que advirtió que el hombre «se había sacado el pito». Añadió que en el segundo episodio las dos niñas vieron como el hombre «se masturbaba sabiendo que el hombre estaba rodeado de menores. Se excitaba viendo a las chicas que estaban practicando aquagym», apostilló el fiscal.
Según el relato de los hechos, el hombre se pasaba de la piscina grande a la pequeña y una vez allí «se ponía de cuclillas y se tocaba». El acusado sostuvo que estaba haciendo rehabilitación.
La defensa solicitó la absolución ya que, según remarcó, «los hechos no han quedado acreditados y el único indicio es la declaración de la menor. Hay argumentos dudosos», concluyó.
Por su parte, el representante fiscal remarcó que el acusado era el único que «se retiraba a la piscina pequeña para hacer algo más que estiramientos» y que lo vieron con el pene fuera «en dos ocasiones». El acusado ya espera sentencia.
EL APUNTE
Delito continuado de exhibicionismo y provocación ante una menor
El agente que se encuentra de baja deberá responder por unos hechos que fueron denunciados por la madre de la pequeña, que alertó al personal de las instalaciones. Tras el segundo episodio, la Policía Local le prohibió el acceso a las piscinas municipales y, posteriormente, la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y detención del agente.
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