El presidente del TSJIB, Antoni Terrasa, durante su visita al Juzgado de Violencia sobre la Mujer, el pasado 26 de febrero. | Daniel Espinosa

Las situaciones de «hacinamiento» vividas durante la jornada del martes y, especialmente, el pico registrado el miércoles a mediodía cuando más de una veintena de personas coincidieron en los escasos 30 metros cuadrados del Juzgado de Violencia sobre la Mujer han encendido todas las alarmas. Así, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears, Antoni Terrasa, acordó ayer abrir «con carácter urgente» unas diligencias informativas sobre la situación que atraviesa el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Ibiza y las informaciones publicadas.

Según informaron fuentes del TSJIB, de estas diligencias se dará cuenta en la próxima sesión de la Sala de Gobierno, un órgano que se reúne semanalmente aunque no se descarta una convocatoria extraordinaria.

Las mismas fuentes indicaron que el presidente del TSJIB ha resuelto que «interesa que tanto el juez titular como la letrada de la Administración de Justicia del Juzgado remitan -de inmediato y sin más demora- los informes sobre las razones que, a su entender, inciden sobre las circunstancias reflejadas en los correos electrónicos recibidos del Juez de Violencia sobre la Mujer».

Desde el TSJIB añadieron que el objetivo es documentar la situación para hacer una valoración y llevar a cabo las actuaciones necesarias para corregir esta situación.

Espacio insuficiente
Tal y como avanzamos en nuestra edición de ayer, más de una veintena de personas coincidieron en los escasos 30 metros cuadrados dispuestos para este juzgado especializado. Además del juez titular, la secretaria y cuatro funcionarias, en la sala y antesala se concentraron otras veinte personas. Abogados, víctimas e incluso menores que compartían espacio o veían pasar por delante suya a los presuntos agresores, un panorama que operadores judiciales y sindicatos valoran como «inadmisible y difícil de digerir en un juzgado tan sensible» como es el de Violencia de Género. Trabajadores y usuarios hacen hincapié en que las actuales dependencias son «manifiestamente insuficientes», ya que apenas quedan unos 10 metros libres para el paso de las personas. «Es un grave problema de logística», advierten.

Asimismo, vaticinan que «este panorama o peor se sucederá a diario en fechas próximas, con el arranque de la temporada». Recalcan que estas «estrecheces» se producen en un juzgado que ya se ha visto gravemente mermado porque el espacio habilitado solo permite la presencia de cuatro de los ocho funcionarios que corresponden al juzgado y que prestaban servicio hasta el 21 de enero, día en el que incendio cortocircuitó la administración de Justicia en las Pitiusas.

EL APUNTE

La situación «es inasumible» y el traslado no se ve próximo

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer disponía de más de 150 metros cuadrados en el número 4 de Isidor Macabich, un espacio que ahora se ha visto reducido de forma notable. Todos los órganos judiciales afectados por el incendio han quedado muy mermados, pero la situación en este juzgado especializado es especialmente compleja. El juez decano, magistrado titular de este Juzgado, advierte que la situación solo se normalizará cuando se produzca el traslado al nuevo edificio de sa Graduada. Los operadores judiciales esperan que el nuevo edificio esté operativo en junio ya que, tal y como han reiterado, afrontar el verano en las actuales circunstancias «sería catastrófico, angustioso e insoportable». Por otra parte, recuerdan que la localización del juzgado de Violencia sobre la Mujer en las dependencias del Consell Insular habría permitido disponer de una sala de más de 50 metros cuadrados y otra zona para atender a las víctimas. El gasto que suponía la presencia de un abogado y de una guardia policial motivaron que esta opción no saliese adelante. Fuentes consultadas señalaron que este gasto era asumible y habría mejorado el servicio del Juzgado.