Pero Marc y sus compañeros irán paso a paso para entender esto. De momento ayer pudieron ver cómo se trabaja el campo, se acercaron al corral de las gallinas y aprendieron lo que es una incubadora e hicieron un ambientador con una bolsa de tela y hierbas aromáticas. Hasta llegar aquí han hecho un largo recorrido que emprendieron a principio de curso.
El proyecto superhéroes
Desde septiembre trabajan en un proyecto escolar sobre Superhéroes que surgió por el interés de los propios alumnos, según explicaba uno de los tutores del grupo, Jordi Escandell. A lo largo de estos meses han ido aprendiendo la diferencia entre los superhéroes de verdad y los superhéroes de mentira. No es algo sencillo. Los superhéroes fantásticos: Spiderman, Ironman, Superman...salen en las películas, ¿cómo no van a ser reales? Escandell indica que esa imagen que tienen los niños es una realidad muy potente, pero «al final han llegado a la conclusión de que Ironman no existe y entonces se han planteado: ¿entonces quién existe?». De esa pregunta surgió esta visita.
«Irán haciendo visitas para poder conocer a los superhéroes reales», que los alumnos empiezan a asimilar que son aquellas personas que ayudan a la gente, contaba Escandell. Ayer estuvieron en Can Pep Xico, pero también visitarán el Parque de Bomberos, el hospital o hablarán con un papá que es policía local.
Héctor se considera a sí mismo un superhéroe. Su súper poder es que corre mucho. Pero hoy han venido a visitar a otro superhéroe de verdad, «el papá de Marc». Lo explica antes de salir corriendo. Es complicado hablar con ellos, más a su hora del patio. Todavía no tienen claro por qué el papá de Marc es un superhéroe, será algo de lo que hablen en clase.
Y es que, Joan Bibiloni, el papá de Marc, trabaja en la granja con las personas que participan en este proyecto de reinserción socio-laboral. Una tarea que implica no solamente coordinar los trabajos de producción de la finca, que tiene huerto y gallinero, sino también hablar con ellos, interesarse por su día a día. En definitiva ponerse a su disposición.
El programa incluye clases de inserción laboral, reuniones con trabajadores sociales y con orientadores laborales. Ahora mismo hay nueve personas que acuden a Can Mosson de lunes a viernes y reciben por ello una remuneración. Entre los usuarios hay de todo, explica Bibiloni, algunos son toxicómanos o vienen de ambientes conflictivos, otros simplemente han sufrido una mala racha o se han quedado atrapados en la isla.
Un trabajo complicado que requiere «mucho amor», apunta Mae, trabajadora social en los talleres de formación e inserción laboral de Cáritas, y a través del cual se ven «auténticos milagros». Algo solo al alcance de los superhéroes de verdad.
1 comentario
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Gran trabajo en Can Pep Xico y muy buen equipo de trabajo!!