María Marí estaba ayer sentada en un banco esperando a su hijo, Josep Ribas. Estudia Medicina en Paraguay desde hace tres años y siempre vuelve por Navidad. Ahora allí tienen las vacaciones de verano, así que se quedará en la isla dos meses. El vuelo llegaba con un poco de retraso desde la escala en Madrid.
El vuelo que sí llegó en hora era el de Barcelona. Cristòfol y Rosa esperaban con ilusión a su hija, su yerno y su nieta. Viven en Estados Unidos y vienen una semana de vacaciones después de haber pasado por Barcelona a visitar a la familia del yerno. Los dos trabajan en la universidad como profesores e investigadores. Para comer les esperaba una sopa de cebolla y pollo con cebolla. «Cuando llega alguien siempre preparas algo especial, pero son días de muchas comidas especiales», explicaba Rosa. Su nieta Julia, de nueve años, fue la primera en salir. Dice que lo que más le gusta de venir a Ibiza es ver a la familia y la coca de albaricoque de su abuela.
El reencuentro entre Cha y Maxence fue muy efusivo. Max vive y estudia Informática en Francia, pero suele venir a Ibiza en vacaciones para ver a su hermana y a su madre, Federica. Ellas viven en Ibiza desde hace cuatro años y Max aprovecha para disfrutar del buen tiempo que hace en Ibiza en comparación con el que tiene allí.
Germán Ruiz también vive en Francia, en concreto en Lyon, donde trabaja de cocinero desde hace seis años. Aprovechará estos días para pasarlos en familia y para quedar con varios grupos de amigos. Al aeropuerto fue a buscarle su madre, Ana López. La comida del día de reencuentro: migas. «Como buen murciano echa de menos las migas», dice sonriendo Carmen, que las ha preparado aunque el domingo no lloviera. Escenas, momentos, instantes captados por una cámara que son el inicio de un regreso a casa por unos días, que seguro que se harán cortos.
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