La presidenta de la Federación de Hoteleros de Ibiza y Formentera, Ana Gordillo, manifestaba que a pesar del buen tiempo, casual, Ibiza no es «Benidorm o cualquier otro destino de la península, donde se puede ir sencillamente cogiendo el coche». Considera que la insularidad es un handicap para el turismo de invierno en la isla que decide en el último momento conforme al clima. El precio de los vuelos y la reducción de rutas aéreas limitan la posibilidad de que un mayor número de visitantes viaje a Ibiza en esta época del año.
Aena informaba el miércoles de que durante este puente pasarían por el aeropuerto de Ibiza 54.218 personas en 412 vuelos, por los 249.893 personas en 1.663 vuelos del aeropuerto de Palma de Mallorca. Unos números que incluyen tanto la gente que se desplaza a las islas como la que se va de ellas.
Por otra parte, Gordillo indicaba que muchos de los que vienen a la isla fuera de temporada tienen una segunda residencia o visitan a gente que conocen y se alojan en sus casas. Las idas y venidas de viajeros este puente también las notaban en comercios y negocios de hostelería. En la cafetería del hostal Parque de Vila, el encargado, Manolo, indicaba que no había notado ningún cambio con respecto a otros fines de semana. Valoraba que, «entre que no ha venido tanta gente y la que se ha ido de vacaciones», no parecía que fuera a ser un fin de semana de mucho trabajo.
Entre los comerciantes del mercadillo de Navidad de Vila tampoco había la impresión de ver a más gente de la habitual. Indicaban ayer por la mañana, en un corrillo, que todavía era pronto y que esperaban que a lo largo del fin de semana se animara algo más entre gente de Ibiza y de fuera.
Los visitantes
Entre los turistas que disfrutarán del buen tiempo en Ibiza están María del Pilar y Soledad, que han venido en un viaje organizado desde Mallorca. «Hemos visto la catedral, en Dalt Vila, hemos hecho un poco de compra y ahora nos recoge el autobús para volver a Sant Antoni», explicaba Soledad.
Antonio y Marisa (nombres ficticios) se quedarán el fin de semana por un torneo de baloncesto de su hijo que se juega en Sant Jordi. Vienen de Valencia. Mientras los pequeños entrenaban ellos aprovechaban para hacer turismo. Dalt Vila y la necrópolis de Puig des Molins fueron las paradas de ayer. También estuvieron comiendo en Santa Gertrudis. Hoy tenían previsto visitar el norte de la isla.
Los turistas extranjeros siguen siendo estos días habituales en las pocas terrazas abiertas. Entre ellos Christopher y Cloe, de Holanda, que han venido a pasar el fin de semana. Todavía no habían visitado nada ayer por la mañana, pero hacían notar la suerte que tiene la gente de la isla de poder disfrutar de buen tiempo en esta época del año.
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