Miércoles, 02.30 horas. Platja d'en Bossa. Un joven británico de 23 años deambula por la calle gritando y golpeando con su cabeza el mobiliario urbano. Un taxista frena y evita atropellarlo cuando se cruza en su camino. De repente, el joven emprende una carrera de unos 10 metros que acaba con un salto sobre la luna frontal de otro taxi. El joven acaba inconsciente sobre el asfalto. La cabeza del chico había impactado violentamente contra el vidrio que queda hecho añicos. Una acción tan irracional e inexplicable como la protagonizada cinco días antes por otro joven que saltó desde un segundo piso en Sant Antoni. Según señaló a la policía, «saltó porque se sentía perseguido». Apenas tres horas después, otro joven turista acababa malherido y con una sombrilla atravesándole su pierna derecha tras caer desde un cuarto piso. Son algunos de los últimos episodios ocurridos en la isla y con el consumo de drogas como desencadenante.
Los tres jóvenes acabaron ingresados en el hospital de Can Misses. Los tres casos ocurrieron en un contexto de ingesta de drogas o alcohol. Dos de ellos respondían a un patrón de «reacciones paranoides después de un consumo de drogas, especialmente de sustancias estimulantes del sistema nervioso central», según apuntó Francisco Muela, médico adjunto del servicio de Urgencias de Can Misses.
En este sentido, argumentó que el «curso natural de una intoxicación por cocaína acaba en cuadros paranoides, sobretodo en los casos de adictos». Abundó en que los efectos son más acentuados si se mezcla con el consumo de otras sustancias como el cannabis o el alcohol.
Dos casos de Polvo de Ángel
Muelas advirtió que esta temporada ya se han detectado en el hospital de Can Misses algunos casos de drogas «especialmente agresivas como la Fenciclidina o Polvo de Ángel», una sustancia que, según subraya, estaba fuera de mercado o no identificada desde hacía bastantes años.
Muelas explicó que estos tipos de drogas «generan tendencias paranoides y alucinaciones de tipo demoniaco». La ingesta de estas sustancias explica algunos de los violentos episodios protagonizados por jóvenes turistas.
Temporadas atrás se detectaron en la isla casos puntuales de consumo de droga caníbal o sales de baño, estimulantes mucho más potentes que la cocaína y que desencadenan comportamientos de agresividad, paranoia extrema e instintos suicidas, efectos que pueden resultar letales para la persona que la consume.
2 comentarios
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El profesional que aporta información en la noticia se llama Francisco Muela, no “Muelas”. Ruego hagan la corrección. Un saludo
La culpa es de los nuevos horarios del West. Així no anam bé.