Los trabajadores de Cas Serres protestan frente al Consell al grito de "fuera, fuera". | Noemí Martínez

Los trabajadores del hospital residencia Cas Serres han protestado hoy frente a las puertas del Consell d'Eivissa y de Cas Serres para exigir que continúe siendo un hospital residencia. Los empleados aseguran que la decisión de convertir el centro en una residencia sociosanitaria provocará la «saturación» del Hospital Can Misses.

A las puertas de la máxima institución insular se han vivido momentos de tensión entre trabajadores y representantes políticos. Los manifestantes han abucheado a los consellers presentes al grito de "fuera, fuera" y "con la salud no se juega". Mientras que en el exterior del centro de Cas Serres han pedido a gritos "continuar siendo hospital".

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Asimismo, desde la plataforma de trabajadores de Cas Serres han anunciado que van a iniciar una campaña de markenting en Ibiza con mesas informativas para trasladar a la población el trabajo que realizan.

La máxima institución insular hizo público la semana pasada que el centro pasaría a ser una residencia sociosanitaria debido a que les obliga la ley y en base al Decreto 100/2010 que regula el funcionamiento del Registro de Centros, Servicios y Establecimientos Sanitarios de Balears y mediante el cual se indica que las plazas hospitalarias y residenciales deben estar físicamente separadas y los servicios y el personal segregado.

«Desde la llegada al actual gobierno del Consell d'Eivissa, la plataforma de trabajadores, así como los familiares de los pacientes, hemos expresado en reiteradas ocasiones nuestra preocupación acerca de que deje de funcionar como hospital. Nos dijeron que eran rumores infundados, incluso la consellera de Benestar Social nos dijo. ‘Mientras yo sea consellera, esto seguirá siendo un hospital'. El día 4 de abril nos informaron de que ya no seríamos un hospital sino una residencia asistida», explican los trabajadores en la recogida de firmas en la que se alerta de que con este cambio de categoría se dejan «abiertas las puertas para una externalización de servicios, privatización del centro, reducción de plantilla, la sustitución de personal sanitario cualificado por personal menos formado y más barato», lo que repercutirá en la calidad asistencial de los residentes, según alertan los trabajadores, quienes recuerdan que «en muchos casos» son como familia para quienes allí están ingresados. En paralelo a esta recogida de firmas han aparecido pancartas en la residencia en contra de la reconversión de este centro y pidiendo el apoyo ciudadano.