El tripartito de Sant Antoni está decidido a acabar con los negocios que desde hace décadas predominan en la zona del West End, centro neurálgico del turismo de ocio y borrachera del municipio y patria chica de los hooligans británicos durante el verano. Así al menos se desprende de las medidas anunciadas esta semana para disminuir el ruido en la zona: cierre de los locales a las tres de la madrugada, las terrazas deberán recogerse a las once de la noche y seis meses de plazo para tapiar todas las ventanas que den a la calle. En definitiva, el Ayuntamiento portmanyí quiere acabar con elWest End y que la zona se reinvente. Pero, ¿de verdad el West quiere cambiar?

Quienes también han reclamado cambios esta semana han sido nuestros políticos. Y concretamente, en la Constitución. Al parecer ya nadie está a gusto en la España de las autonomías y como la mitad de la población actual no votó en el referéndum de 1978, pues que se renueve y se redacte a la moda actual, es decir, con abreviaciones, emoticonos y muchos signos de exclamación al final de cada artículo. Pero estén tranquilos porque no veo a estos políticos poniéndose de acuerdo para tan ardua tarea, por lo que la reforma de la Carta Magna va para largo.

Al alcalde de Sant Josep, Pep Agustinet, le han arreciado las críticas por haber pedido al Govern balear que arregle con la nueva Ley de Urbanismo parte del desaguisado urbanístico que tiene en su municipio (y no provocado por el alcalde socialista). El problema ha sido cuando a la solución se le ha ligado el apellido Matutes, un linaje que en estas islas produce ataques de urticaria a quienes prefieren criticar cualquier actuación pero no ofrecen ninguna solución.

También cabe destacar la desilusión que se ha vivido en Formentera por el resultado del sorteo de los emparejamientos de los octavos de final de la Copa del Rey. Tras el subidón por el gol en el último segundo en San Mamés, los aficionados del Formentera tenían la esperanza de enfrentarse al Madrid o al Barça en la próxima ronda. Finalmente, la suerte deparó un duelo entre el Formentera y el Alavés, el último clasificado de la Primera División. Los de García Sanjuán no tendrán más remedio que protagonizar otra machada y esperar que en cuartos de final toque el ‘gordo'.