Los hechos ocurrieron el 30 de septiembre de 2012 en la avenida Sant Jordi. La joven, que ahora tiene 19 años, caminaba junto a una amiga cuando fue violentamente embestida por un turismo que invadió el arcén mientras adelantaba por la derecha a otro coche. C.C., debe responder por tres delitos de lesiones y otros tantos de omisión de socorro ya que, según la acusación, tras causar el accidente abandonó el lugar. Ayer arrancó el juicio en el juzgado de lo Penal número 2 de Ibiza con la declaración del acusado, que se acogió a su derecho a no responder a las preguntas del Ministerio Fiscal y de la acusación. A preguntas de su defensa, el hombre negó los hechos.
Después del acusado, declararon varios agentes de la Policía Local que participaron en la investigación de los hechos. El que realizó el atestado recordó que al llegar al lugar los sanitarios ya atendían a la joven arrollada. «Estaban reanimándola y a unos pocos metros se encontraba el otro coche implicado», señaló el agente al que unos testigos facilitaron cuatro números de la matrícula del Seat Ibiza de color gris que arrolló a la menor que caminaba de la mano junto a otro amiga. En el otro vehículo, que sí paró, viajaba una pareja que resultaron heridos tras recibir un golpe durante la temeraria maniobra de adelantamiento del coche que se dio a la fuga. Los agentes recordaron que el Seat Ibiza gris fue localizado tres horas después en una zona próxima. «No había dudas de que era el coche. Me impactó mucho ver la luna hundida en el lado derecho y todavía habían restos de sangre y cabellos». La sala también escuchó el testimonio de la amiga que caminaba con la víctima. «Yo iba por dentro del campo y no pudimos reaccionar. Sólo vi a mi amiga salir despedida tras el impacto. El coche blanco paró, pero el otro no». La declaración más dolorosa fue la de la madre de la víctima. A preguntas de la fiscal, relató el calvario de meses de hospital en Ibiza y Barcelona y cómo a fecha de hoy continúa. La joven sufre problemas de memoria y de sensibilidad en su cuerpo, y necesita ayuda para moverse.
Después declararon los amigos del acusado que se encontraban de fiesta las horas previas al atropello. Uno de ellos recordó que habían salido a las 20 horas del sábado y que no regresaron a casa hasta las 13 horas del domingo. «Estábamos de celebración, bebimos toda la noche y fumamos», señaló uno de los testigos que en su día fue citado por la Policía Local como implicado. Este joven reconoció que aquella mañana él condujo el Seat Ibiza en alguno de los trayectos. De hecho, apuntó que volvió junto al acusado a un bar y que, al estar cerrado, regresó a su casa y le entregó el coche y las llaves al acusado. «Eran pasadas las 14 horas porque estaban dando Los Simpson», apuntó. Poco después, a las 14.30 horas, se produjo el atropello.
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