Según afirmaron desde la institución insular, coincidiendo con la Semana Europea de la Movilidad Sostenible, «otro modelo es posible, con un mejor servicio de transporte público y menos dependencia del coche privado».
La L34, de Sant Antoni a Cala Salada, ha transportado a 76.450 personas, con un incremento del 76% respecto al pasado año, cuando el programa se impulsó de manera piloto. Según el Consell, es la línea que más pasajeros ha transportado ya que la limitación del acceso en vehículo privado por parte del Ayuntamiento se aplica todos los días de verano.
La L4, de Sant Antoni a Platges de Comte, ha llevado a un total de 55.176 usuarios. Se trataba de una línea ya existente que se ha ampliado en horarios, registrándose un 4,1% más respecto a 2016. El Ayuntamiento de Sant Josep ha ordenado el aparcamiento en la zona, lo que ha permitido que el servicio de autobús pueda acceder hasta la misma playa.
Las L23 y L23A, Ibiza- Benirràs y Sant Antoni-Benirràs, con el servicio de lanzadera desde el parquin disuasorio de sa Plana, ha transportado a un total de 22.301 persones.
La consellera destacó que «era muy necesario» establecer sistemas de acceso en transporte público para evitar el colapso de coches en las playas, no sólo para avanzar en un modelo de movilidad más sostenible, sino por motivos de seguridad para las personas y para evitar riesgos medioambientales.
Según el Consell, el programa se quiere aplicar a otras zonas del litoral masificadas en verano, siguiendo el modelo de colaboración con los distintos ayuntamientos.
Marí reiteró que el Consell «sigue trabajando en el camino iniciado de una transformación y mejora del transporte público de la isla sin precedentes a favor de un nuevo modelo de movilidad sostenible y que dé respuesta a las necesidades de residentes y turistas durante todo el año».
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