El sol, el hecho de haber caído en domingo y, sobre todo, la curiosidad por estrenar la reforma del paseo de Vara de Rey de Vila atrajo ayer a un numeroso público que paseó entre la veintena de puestos instalados con motivo del Día Mundial del Libro.
Maria Clapés, de la librería Blau Press, destacaba la gran cantidad de personas que había pasado solo durante las dos primeras horas de la feria por un paseo «más espacioso donde la gente pasa mejor que antes».
«Mucho movimiento» describió también Mayte Ferrer, de la librería Hipérbole, quien atribuyó el aumento de afluencia a que el año pasado el Día de Sant Jordi cayó en domingo y a que la gente «viene a cotillear cómo ha quedado el paseo». «Todos están contentos hasta que miran el suelo», señalaba jocosamente en referencia a los numerosos detractores que le han salido al polémico nuevo pavimento del paseo.
Muy contenta estaba también Lourdes Riera, de la librería Vara de Rey. Con la gran cantidad de visitantes y, sobre todo, con la recta final de las obras en el paseo que este establecimiento ha sufrido durante todo el invierno . «El año que viene todavía irá mejor porque estará acabado del todo», auguró.
Las librerías no eran las únicas que montaron su puestos. Desde el GEN, hasta la Asociación Deportiva de Discapacitados de Ibiza y Formentera (Addif), Cáritas o la Asociación Española contra el Cáncer, entre otras numerosas asociaciones, montaron sus stands para recaudar fondos solidarios para sus acciones.
Representando las tradiciones ibicencas, en el puesto del Institut d'Estudis Eivissencs los libros más vendidos fueron Eivissa 1960, la reedición de Bon Profit, el libro de Joan Castelló Guasch, y La mel d'Eivissa. «Las tradiciones de la isla interesan. Incluso los extranjeros se acercan y se interesan», explicó Miquel Caballero mientras atendía el puesto. De entre todos los títulos que ofrecían, Caballero se refirió al interés que despiertan también los libros sobre las flores y silvestres y las plantas de Ibiza, los únicos que hay sobre la flora autóctona.
Pero ayer las flores que más triunfaron fueron, sin duda, las rosas. «La venta de rosas va a la par que la de libros», señaló una de las floristerías que vendía flores envueltas con un celofán de la bandera catalana. Pau, de 11 años, hacía cola para comprarle una rosa a su madre como hace cada año. «Ella, a cambio, me compra un libro», señaló.
Entre los títulos preferidos del público infantil, el rey volvió a ser un año más el famoso ratón Gerónimo Stilton y Los Futbolísimos. Los adultos optaron en su mayoría por los bestsellers del momento. Este año los preferidos fueron Todo esto te daré, de Dolores Redondo, premio Planeta 2016, El laberinto de los espíritus, de Carlos Ruiz Zafón, No soy un monstruo, de Carme Chaparro y Patria de Fernando Aramburu.
Sin embargo, siempre hay personas que tratan de ir a contracorriente. Como Sandra Gutiérrez, barcelonesa residente en Ibiza, que cada año trata de elegir «algo especial». Libros que ves en un puesto y luego aparecen en otro y se convierten en tentaciones irresistibles que hay que comprar.
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