Maria Ferrer es presidenta de la Asociación de Vecinos de Corona desde hace tres años. | Daniel Espinosa

Maria Ferrer lleva tres años presidiendo la Asociación de Vecinos de Santa Agnès de Corona, aunque lleva muchos más involucrada en esta agrupación que tiene como principal reivindicación la llegada de la TDT. Piden más atención por parte de las administraciones y menos restricciones con el PTI (Plan Territorial Insular).

— El pueblo de Santa Agnès se caracteriza por estar formado por casas diseminadas. ¿Igualmente hay unión y buena relación entre los vecinos?
— Sí, som pocs pero ben avenguts. El censo está cerca de los 300 habitantes y somos alrededor de 200 socios.

— ¿Qué mejoras necesita Santa Agnès?
— Muchas, porque no nos han hecho mucho caso. Hace años que estamos batallando para que nos llegue la TDT. Además, Internet allí donde llega, llega poco y mal. Y lo que son cosas del pueblo tampoco las vienen a hacer, estamos un poco abandonados. Para el día del pueblo vienen a hacer un par de hierbas y se acuerdan de Santa Agnès solo cuando los llamamos.

— ¿Se sienten olvidados por las administraciones?
— Un poquito. Ahora con el PTI (Plan Territorial Insular) todas las restricciones que hay tocan a Santa Agnès, no podemos hacer nada. Además de no poder hacer nada en nuestra casa tampoco nos ayudan y encima quieren que lo tengamos cuidado, labrado y limpio, pero es imposible.

— ¿El PTI es una de las principales preocupaciones de los vecinos de Corona?
—Sí, porque no podemos hacer nada. En el Consell d'Eivissa nos dicen que esto no es así, pero sí es así. Toda la zona de es Amunts estamos perjudicados porque en las otras zonas de la isla se ha masificado. Aquí no queremos construir todo, pero sí que nos den un margen.

— Hubo polémica con el catálogo de protección de patrimonio, ¿cómo está ahora este asunto?
— Ahora está parado. Hubo mucha polémica, hicimos mucho ruido, nos juntamos todas las asociaciones del municipio, se paró y no ha ido ni hacia adelante ni hacia atrás.

— ¿Qué problemas hay que solventar en Santa Agnès?
— Si nos dejaran hacer, problemas no tendríamos ninguno. Pedimos que piensen más en el pueblo como la limpieza. Tenemos un parque infantil y una pista polideportiva muy abandonado, alrededor del pueblo los contenedores están que dan pena, no tienen tapa. Nos dicen que vendrá una empresa nueva que pondrá contenedores nuevos, pero no han venido aún.

— ¿Creen que son de los últimos en ser atendidos?
— Siempre, pero ya estamos acostumbrados. También tenemos que decir que de la concejala de ahora de Santa Agnès no tenemos ninguna queja, es muy atenta y si no nos coge el teléfono nos devuelve la llamada. Lo que le pedimos, lo hace, aunque si son cosas ya más grandes nos dice que no hay mucho presupuesto. El año pasado firmamos un convenio con el Ayuntamiento para labrar el Pla con el objetivo de que esté más bonito.

— Respecto a los robos en casas rurales, ¿cómo ha afectado a los vecinos de Santa Agnès?
— Hace un par de años que iban a una casa sí y a otra también. Ahora desde que salió el equipo ROCA (Robos en el Campo) de la Guardia Civil no ha habido más. También ha ayudado mucho el grupo de WhatsApp que crearon los vecinos donde nos vamos avisando cuando vemos una moto o gente sospechosa.

— ¿Ha habido mejoras en Santa Agnès en los últimos años?
—Lo único que pedimos con mucha insistencia es la TDT e Internet y no nos llega. Hará 15 años que lo estamos exigiendo. No podemos dar la culpa a un político u otro porque han pasado todos y ninguno lo ha sabido hacer, debe ser imposible.

— ¿Cuál les dicen que es el problema?
—Dinero hay porque había una partida para esto pero tenía que pasar por un camino particular y el vecino no deja pasar. Si el propietario no da el permiso no se puede hacer.

— Parece que Corona cada vez atrae más gente en febrero para ver la flor del almendro. ¿Se ven saturados?
— Sube mucha gente. Como este año no lo había visto nunca, pero ha sido vergonzoso. La gente viene y no respeta el campo, piensa que es de todos y entran en el sembrado. Vienen a hacerse fotos y no saben donde pisan. Está muy bien que vengan a pasear pero que no pasen por terrenos que están cultivados ni se lleven las flores de los almendros porque son las almendras que tenemos que recoger.

— ¿Qué actividades se organizan desde la asociación?
— Junto a la Apa hacemos todas las fiestas del pueblo, las de Sant Joan, la trencada de Tots Sants y alguna excursión. Cada vez nos movemos más con más actividades, y este año en las fiestas creo que arrasamos. Nos movemos porque sino Santa Agnès solo son los cuatro días de la flor del almendro, pero nosotros estamos todo el año

— Con el encendido de la sitja, la asociación ha conseguido mantener viva una tradición de la isla. ¿Están satisfechos?
— Sí, mucho. Hay mucha gente, yo misma, que no había visto nunca cocer en una sitja. Este año también encendimos por primera vez un forn de calç. Ver a los niños como disfrutan es lo más bonito del mundo, solo por eso ya vale la pena. Damos a conocer nuestras raíces y como vivían nuestros abuelos. En Corona no había agua, había forns de calç y sitges y lo que se cocía se llevaba a Vila para venderlo. Nos tienen que enseñar ahora porque sino se perderá. El año que viene intentaremos hacer un forn de pega.

MÉRITOS

A la sitja y el forn de calç se sumará el año que viene el forn de pega

La Asociación de Vecinos de Santa Agnès ha conseguido recuperar una tradición de Eivissa con el encendido de la sitja, una actividad que llevan realizando ya nueve años. Este año además pusieron en marcha por primera vez un forn de calç más de medio siglo después de que se apagara el último en esta zona de interior de la isla de Ibiza. «Es una forma de conocer nuestras raíces y ver el modo de vida rural que tenían nuestros abuelos», explica la presidenta de la agrupación Maria Ferrer, que reconoció estar «muy satisfechos» por esta iniciativa y avanzó que de cara al año que viene intentarán poner en marcha un forn de pega. Ferrer recordó que tienen que aprovechar que aún hay personas mayores que saben hacerlo para poder aprender y no se pierdan estas tradiciones. «Con solo ver como disfrutan los niños ya vale la pena», destacó.