Aspecto que mostró ayer por la mañana el cielo de ses Variades lleno de cometas de colores. | Toni Escobar
Un dragón, un flamenco, un oso e incluso una bicicleta eran algunas de las formas más llamativas que volaban ayer en ses Variades. Sin embargo, la mayoría de las cometas de esta 24ª edición de Posa un estel al cel eran de los más sencillas, las que la mayoría de los niños había elaborado a lo largo de la semana en el taller organizado por el Ayuntamiento de Sant Antoni en la carpa municipal, en el colegio Guillem de Montgrí, organizador del evento, o también en sus casas. Algunas, las más veteranas, llevaban volando 24 o 20 años, pertenecen a familias que comenzaron viniendo con su hijos pequeños y ahora lo hacen con sus nietos. Todas juntas tiñeron de colores el cielo de ses Variades en una ya tradicional jornada familiar de las fiestas de Sant Antoni. En la de ayer fueron 300 las cometas inscritas, de las que 155 volaron a la vez en uno de los momentos en los que se reunieron más colores en el firmamento portmanyí. Todo ello en una día que empezó tímido en cuanto al viento, soleado para alegría de quienes pensaban en el temporal del pasado sábado como referencia y en el que poco a poco se comenzó a animar una suave brisa sobre la que planearon las telas de colores.
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