Imagen de las instalaciones de la actual estación depuradora de Vila, que será sustituida por una nueva cuyas obras no empezarán hasta el año que viene.

Un informe de la dirección general de Recursos Hídrics de la Conselleria balear de Medi Ambient reconoce que los vertidos al mar de la vieja depuradora de Vila tienen una elevada carga de materia fecal que puede suponer «un riesgo para la salud de las personas» y provocar efectos negativos a los ecosistemas de posidonia oceánica.
Este estudio, pedido por el Juzgado de Instrucción número 4 de Ibiza, forma parte de las diligencias previas de la demanda que la Asociación de Vecinos de Talamanca presentó ante la Fiscalía de Medio Ambiente hace un año por un posible delito medioambiental contra las diferentes administraciones que tienen responsabilidad en los vertidos del emisario de Talamanca. Una demanda que, de momento, no piensan retirar y que incluso podrían ampliar si no hay avances en la construcción de la nueva depuradora o el estado de ses Feixes.

Deficiencias

Desde la Conselleria de Medi Ambient, reconocen que el funcionamiento de la actual depuradora es «deficiente» y constatan que los análisis microbiológicos realizados en el agua que sale de la estación muestran unos valores altos de coliformes fecales, E. Coli y enterococos intestinales que pueden afectar a la salud de los bañistas, especialmente en las zonas próximas al emisario cuando se producen roturas. Según señala el estudio, «hay una relación causal entre los síntomas gastroinstestinales y la calidad recreativa según la concentración de bacterias».

Además, la vieja infraestructura tampoco elimina correctamente los nutrientes de las aguas depuradas, por lo que los vertidos al mar «pueden comprometer la calidad ecológica de la masa de agua costera estudiada». Un exceso de nutrientes puede provocar lo que se denomina «eutrofización» del agua en las zonas donde crecen praderas de posidonia y un aumento de la deposición de materia orgánica, cuya oxidación hace que se formen compuestos tóxicos.

Los resultados de los análisis arrojan que la mala depuración del agua vertida al mar se empieza a agravar considerablemente desde el año pasado, según señala el informe.

El citado estudio asegura además que la nueva depuradora cumplirá con los requisitos de vertidos y que la presión medioambiental «disminuirá de forma considerable».

A pesar de ello, la nueva depuradora no será realidad hasta dentro de unos años. La construcción de la infraestructura ya ha sido adjudicada pero la empresa encargada de llevar a cabo las obras está redactando el proyecto definitivo, por lo que las obras no empezarán hasta el año que viene y se prevé que los trabajos se alargarán tres o cuatro años más.

Sin embargo, ya han empezado las obras para construir el nuevo emisario de Talamanca que verterá los residuos lejos de la bahía y que estará acabado antes de la próxima temporada.

José Colomar, presidente de la Asociación de Vecinos de Talamanca, denunció que la actual depuradora «no tiene capacidad» para tratar las aguas de los 50.000 habitantes de Vila y las localidades de alrededor. Además, explicó que cuando la depuradora está saturada «abren las compuertas y una parte del agua va al mar y a los canales de a ses Feixes, convertidos ahora en un foco de contaminación».

Por otra parte, los vecinos de Talamanca encargaron a unos laboratorios unas analíticas sobre el agua de la zona el pasado mes de septiembre cuyos resultados arrojan que las aguas del canal de ses Feixes de la calle de Talamanca presentan «un alto grado de contaminación fecal propio de aguas residuales diluidas». En cambio, las aguas de la bahía de Talamanca son ahora de una calidad excelente porque no se ha registrado ningún vertido reciente.