Cáritas prestó ayuda a lo largo de 2015 a 70 personas menos que el ejercicio anterior; un descenso del 4% que la institución episcopal atribuye al posible regreso de personas migrantes a sus países de origen. De hecho, el perfil de los usuarios que acuden a Cáritas, hombre sin cargas familiares, español y de entre 30 y 50 años, ha variado significativamente en el último lustro. Si en 2009 el 17% de quienes acudían a la diócesis eran españoles, por detrás de africanos y sudamericanos, actualmente representan el 44%. Según Gómez, entonces el porcentaje de ibicencos que solicitaban ayuda «era residual» y a día de hoy «es más alto» porque «las redes familiares se han ido perdiendo a lo largo de tantos años».
Según explicaron los representantes de la entidad de la Iglesia, en las Pitiüses y en Balears más de un 20% de la población se encuentra en riesgo de exclusión social y se está acentuando la brecha entre ricos y pobres. Según los datos aportados, el Archipiélago ocupa el penúltimo puesto en desigualdad social (16 de 17).
Cáritas puso de relieve que con estas cifras «se demuestra» que la mejora de los datos macroeconómicos «no se traduce» en un mayor bienestar social: «Cuando hay una crisis es fácil caer en la pobreza, pero luego cuesta mucho salir de ella, como estamos comprobando».
Gustavo Gómez lamentó que en la isla «del lujo» conviven en poco más de 200 metros «yates de gente que vive como quiere» con niños y menores «que pasan hambre en Eivissa a día de hoy». En este sentido, durante 2015 alrededor de 600 menores de 16 años accedieron a los 74.000 kilos de alimentos entregados por Cáritas en alguna de las sedes que posee en Eivissa y Formentera. La entidad, según puntualizaron, destinó el año pasado 132.000 euros en ayudas económicas, una cifra similar a la de 2014. Por otra parte, de los 300.000 euros obtenidos en 2015, 180.000 fueron aportaciones de particulares.
Deuda de los ayuntamientos
Cáritas ha tenido que hacer frente a un gasto de 10.000 euros en concepto de intereses bancarios «por no recibir a tiempo las ayudas conveniadas» con los cinco ayuntamientos y con el Consell d'Eivissa, según denunció el delegado episcopal, Miguel Ángel Sánchez. Tal y como explicó, las administraciones locales deben 350.000 euros por los convenios que se suelen suscribir a comienzos de año y por los que se estipula abonar en el momento de la firma el 70%. A día de hoy sólo lo han firmado Vila y Sant Josep, aunque tampoco han ingresado cantidad alguna. «Este es un problema grave para Cáritas porque tenemos que pagar cada mes los sueldos, a proveedores, los gastos generales» y ahora también los intereses bancarios. «Con este sistema de financiación no podemos tener un recorrido mucho mayor», advirtió Sánchez.
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