El arañar el sofá es un comportamiento normal en el gato pero que al propietario le ocasiona no pocos dolores de cabeza. Adoptamos un gato para que viva en un piso o en una casa pero no entendemos su comportamiento normal y cuando el gato comienza a hacer lo que según su edad debe hacer se topa con nuestros muebles. El arañado así como el marcaje con orina forman parte de comportamientos de delimitación del territorio normal en el gato.
El gato considera nuestra casa como su territorio y no sólo nuestra casa sino la del vecino de la derecha o el de la izquierda y el de la calle de arriba, etc.
Si el gato no ve comprometido su territorio no intentará marcarlo pero si llega a la pubertad y, por ejemplo, detecta hembras en celo, o si intuye que en el exterior de la casa o en el piso de al lado hay un posible competidor comenzará a marcar su territorio para hacérselo saber.
El marcaje en los gatos se divide en dos comportamientos, el primero es el orinar sobre superficies verticales, en las que el macho y, muchas veces la hembra, se coloca y eyecta una pequeña cantidad de orina con feromonas para indicar que ese es su territorio, suele ser en sitios visibles a la entrada de las habitaciones o la casa ya que el objetivo de la orina no es la evacuación sino es señalar que ese es su territorio.
El segundo componente del marcaje es el arañado. El gato araña para dejar una marca visual y también deposita en esas superficies el contenido de unas glándulas que tienen en las patas que liberan feromonas. El objetivo es indicar que esa casa ya es territorio de otro gato de manera visual y olfativa. Arañará los sofás, las cortinas, las sillas que estén en sitios visibles desde los puntos de acceso a la habitación ya que ellos quieren que se vean desde todos los puntos. He aquí el problema que tenemos los humanos, no entendemos el motivo por el cual lo hace y creemos que es porque se están afilando las uñas. Compramos enormes arañadores o pequeños conos que podemos poner en sitios donde no se vean mucho para no estropear la estética del salón, los ponemos detrás del sofá o la puerta y justamente allí es donde el gato no araña y, si somos aun más ignorantes, decidimos cortarles la punta de los dedos para que no puedan crecer sus uñas, pero muy pocas veces intentamos entender la causa por la cual lo hacen.
Una vez que hemos entendido el origen del problema podemos empezar a solucionarlo.
Pero recuerda:
- Comprar arañadores agradables al tacto de los gatos. Muchas veces no es necesario gastarse mucho dinero en grandes estructuras sino con pequeños arañadores o trozas de tronco de madera envueltos con cuerda de sisal aportan una superficie ideal para las intenciones del gato. Debemos colocarlo en un sitio asequible y visible, suele ser delante de la superficie que el gato arañaba.
- Impregnar estos arañadores con sustancias que resulten agradables al gato como la hierba gatera, oliva untada…
- Limitar o evitar el acceso del gato a las estructuras que marcaba. Si colocamos el arañador pero no evitamos el acceso al anterior superficie probablemente el gato arañara las dos superficies. Hay que hacer la superficie desagradable al tacto, una buena opción es cubrirlo de papel de celofán o de papel autoadhesivo para que al gato no le guste el tacto y no lo arañe. Esto será solo temporal hasta que modifique la conducta.
- Un castigo pero que sea a distancia, como lanzar un objeto cerca del gato (llavero), o tirarle agua con una pistola de agua o una botella de spray, pero sólo serán eficaces si se aplican justo en el inicio del comportamiento.
¡Consulte a su veterinario sobre el producto más adecuado para cada animal y para cada parásito!
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