Entre los artesanos, reinaba un ambiente de sentimientos encontrados, por un lado los que generaba la inauguración de la temporada y el primer mercadillo de 2016 y por otro, la realidad de que el clima no estaba acompañando de la mejor manera posible.
Álvaro Martín e Inés Forcada, artesanos de Castellón casi instalados en Eivissa, destacaron las «ganas» que estaban captando entre los turistas y visitantes «de que se volviera a abrir el mercado». Javier Issasi, 15 años presente en Punta Arabí como artesano, resaltó la cantidad de personas que decide visitar las instalaciones cada año. «Ello favorece a que haya de todo, mucha variedad en todos los sentidos», apuntó.
Sole García, una artesana argentina que vende en el Hippy Market desde hace 14 años, comentó que a Punta Arabí «viene gente de todas las partes del mundo, y quizás por eso aquí hay de todo para todos los gustos y eso es lo bonito».
Y en el otro lado, el de los turistas o visitantes al recinto, María Luisa, Maribel, María Jesús y Víctor, un grupo de turistas gallegos alojados en es Canar, que era la primera vez que veían el mercadillo de Punta Arabí, se mostraron ilusionados con las diversas compras realizadas entre las que destacaban productos típicos ibicencos, camisetas, vestidos para los nietos, algo de bisutería, etc. Y aseguraron estar «sorprendidos por la ubicación del mercado dentro de un hotel».
El organizador del mercadillo, Thomas Hofmann, informó de que están trabajando en algunas novedades para la campaña de este año. Por ejemplo, «se nos ha ocurrido hacer un concurso de fotografías en el que puedan participar las personas que las compartan en las redes sociales bajo nuestro eslogan de este año #behappybehippy». Para Hofmann, es un modo de que «la gente pueda mostrar su originalidad y creatividad y, además, se lleve un premio».
Hofmann señaló también la importancia que han decidido darle a los productos artesanos realizados en la isla, «que como ya se ha hecho otros años, seguirán destacándose del resto con una placa distintiva», indicó.
Tal y como reza el tríptico que ha elaborado la organización del mercado, «los inicios del Hippy Market de Punta Arabí se remontan al año 1973 cuando la dirección del Hotel Club Punta Arabí les ofreció a los hippies afincados en la isla la posibilidad de vender sus productos artesanales o aquellos provenientes de diferentes partes del mundo, a los pocos turistas hospedados por aquel entonces en el Club». Con los años, el mercadillo se ha convertido en uno de los lugares de referencia y visita ineludible para los turistas. Muestra de ello es que, según informó Thomas Hofmann, «más de 10.000 personas pueden llegar a visitar en un miércoles de agosto los 90.000 metros cuadrados que conforman hoy el Hippy Market de Punta Arabí».
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