«Transmitirles la máxima confianza y que sepan que siempre estamos ahí para ayudarles a estar protegidos. Sois el futuro y en vuestras manos está conseguir una sociedad mejor y más segura». Es el mensaje que lanzó el capitán de la Compañía de la Guardia Civil, Juan Carlos Luque, a los 350 alumnos que ayer participaron en la yincana de la Guardia Civil en ses Païsses.
Durante 4 intensas horas, los alumnos de 5ª y 6ª de siete colegios de Sant Antoni conocieron de primera mano el trabajo y las funciones de otras tantas unidades de la Guardia Civil que desplegaron un recorrido en el polideportivo de ses Païsses.
El guardia responsable del Plan Director de Seguridad Escolar, Ferran Gandía, explicó que la yincana «es el premio, el colofón lúdico a una serie de charlas que hemos estado impartiéndoles sobre prevención delictiva. Charlas que versaban sobre seguridad cibernética y fenómenos de acoso como el bullying, el grooming y el sexting».
Los alumnos de los centros Cervantes, Can Coix, Vara del Rey, Santíssima Trinitat, Guillem de Montgrí, Sant Rafel y Portmany disfrutaron durante 4 horas de las distintas actividades programadas, unas demostraciones que acabaron con varios ejercicios prácticos de Malcom, un perro labrador de 2 años del Servicio Cinológico de la Guardia Civil.
35 agentes de 7 unidades
En el exterior del polideportivo los jóvenes pudieron subirse a las motos y vehículos de la Guarda Civil de Tráfico y también realizaron un recorrido con los vehículos todoterreno de la USECICO y de la Unidad de Seguridad Ciudadana del puesto de Sant Antoni.
El ruido de sirenas y las advertencias: ¡Fin de carrera! ¡Alto a la Guardia Civil! se sucedían por los altavoces de los coche patrulla. Pero ayer, las órdenes las daban jóvenes de 10 y 11 años.
En el interior del pabellón se encontraban otros cuatro servicios. En el territorio del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), los guardias Ricardo y David exponían en qué consiste su trabajo y qué material utilizan. Paula Berlanga, alumna del Cervantes, fue una de las improvisadas agentes que se enfundaron el neopreno y se pertrecharon con plomos, aletas, gafas de buceo y un casco. «Es muy divertido pero el equipo da calor y pesa demasiado», señaló tras la experiencia. Los menores expresaron su incredulidad al saber por boca de Ricardo que el guardia David resiste hasta 5 minutos bajo el agua sin respirar.
También levantó una gran expectación el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona). Vanesa y Jaime, de las Trinitarias, preguntaron al agente cómo perseguían a la gente que traficaba con animales, mientras que las gemelas Daniela y Gabriela Mármol comentaban con un agente del Seprona la importancia de no arrojar basura al suelo.
En la zona desplegada por la USECICO los alumnos hacían cola para enfundarse un chaleco antibalas y ser esposados. «Mola mucho ponérsela pero aprietan bastante», señalaron Firdaous y Marc Roselló, alumnos del Vara del Rey. La Unidad Fiscal y de Fronteras también atrajo el interés de los menores que quedaron «alucinados» con las prestaciones de las cámaras térmicas. Una herramienta fundamental en la lucha contra el narcotráfico.
La jornada se cerró con las habilidad y destreza demostrada por Malcom para encontrar un paquete escondido y una foto final de familia como recuerdo de una yincana con la Guardia Civil y escolares de Sant Antoni como protagonistas.
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