Pepa Ferrer, propietaria del Bar Peixet, considera que el cierre del acceso al puerto «es fatal para los negocios». «La gente en invierno no viene porque hace mucho frío para dejar el coche fuera y venir caminando hasta aquí», comentó.
Pepa cree que el barrio de la Marina «es una de las pocas zonas de la ciudad que está aislada». Por eso, aseguró que es necesario que se dé más facilidades de aparcamiento: «Si se implantara una zona azul, como en muchos otros barrios de la ciudad, vendría más gente. Estarían una o dos horas y luego se marcharían».
El alcalde de Vila, Rafael Ruiz, reconoció en el último pleno que el Ayuntamiento había mantenido alguna reunión con los comerciantes de la zona en la que se había tratado esta cuestión. Desde el Consistorio señalan, no obstante, que no se prevén cambios e insisten en que la barrera que cierra el paso es de Autoridad Portuaria de Balears (APB) y que es este organismo el que ha impuesto el horario de carga y descarga. De hecho, el acceso está cerrado porque no hay ningún vigilante que abra y cierre la barrera como sucede en verano.
El mismo alcalde señaló que el Ayuntamiento no puede garantizar que algún vehículo estacione durante varios días en el mismo lugar y que, por ese motivo, se decidió mantener cerrada la barrera.
El bar La Estrella es uno de los pocos supervivientes que abren todo el año. Jaume, su propietario, cree que la única alternativa para que aumente la clientela es que se permita aparcar dentro del puerto.
Jaume lamenta el cierre de la pastelería Los Andenes, otro local que se traspasa y cuyas puertas se cerraron el pasado miércoles. Dice que él mantendrá su negocio abierto aunque no asegura que su hijo continúe en el futuro al frente del negocio. «El verano aquí somos hasta 14 personas trabajando y ahora en invierno como está tan flojo solo estamos mi hijo y yo», añadió. Jaume afirma que «poco a poco le han ido quitando vida al barrio» y explicó que por la zona no vive ya ningún ibicenco, sólo extranjeros que hacen los cuatros meses de temporada y vuelven a sus países a pasar el invierno.
Fuentes del Ayuntamiento de Vila aseguraron que es bastante habitual que después de la temporada turística «haya movimientos entre particulares». «El Ayuntamiento no interviene en ello ni tiene ninguna política concreta al respecto, entendemos que es una cuestión de mercado», señalaron.
2 comentarios
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Totalmente de acuerdo con este señor, esta claro que en los paises Europeos donde hace un frio espantoso, con nuestros dirigentes se arruinarian. Menos mal, que en esos paises, gobierna alguien con sentido de la estica y mira por el comercio, ya que hay unas terrazas monisimas e integradas en el entorno, no es cuestion de prohibir, sino de consensuar. POr otro lado, todos los pequeños comerciantes hemos de respetar el PEPRI, pero, a la hora de hacer grandes obras el PEPRI nos lo pasmos por el forro del pantalon, porque en mi vida he visto una reforma de un puerto tan horrible y espantosa, así como poco integrada con el entorno y lo que era la zona, barrio de pescadores. Por no menciar las calles colindantes llenas de cable en la pared ¿ porque cuando hicieron la reforma no las soterraron, como hacen hacer a los propietarios de pisos y locales?, que pasa que PEPRI para unos si y para otros no. Por no menciar las calles de la peña, el que intenta tener las cosas arregladas y bonita a macharlo y el que no cumple si siquiera con la ordenanza de no tirar basura en la calle, a ese ni mu, vega ya hombre, que la gente empieza a estar muy harta de este doble rasero!!! Comos vamos a dinamizar ese barrio,lo que estamos haciendo es dinamitarlo
No es verdad eso de que todos los propietarios de los locales sean extranjeros y que regresan a sus países a pasar el invierno, otra vez estamos con eso de ibicencos y murcianos no señor, lo que ocurre es que este tal Jaime, cuenta con un local con interior amplio y por esta razón puede abrir los meses de invierno, la gran mayoría de locales del puerto de Ibiza son pequeños y solo pueden hacer negocio en sus terrazas. La verdad es que muchos propietarios de locales del puerto de ibiza han solicitado en reiteradas oportunidades al ayuntamiento la posibilidad como en tantas otras ciudades en España o en Europa de cerrar sus terrazas para afrontar el invierno y esto no ha sido nunca tenido en cuenta, porque se argumenta que de esa forma se choca con el PEPRI que impide que se toque las fachadas y es tremendamente exigente en cuanto a la estética a respetar, o sea no es culpa de ningún propietario ya sea “Ibicenco o extranjero”, no conozco a nadie con dos dedos de frente que teniendo un local y pudiendo ingresar dinero todos los meses lo mantenga cerrado.