Rocio Marí, la enfermera que pone las vacunas, preguntaba a los pacientes si son alérgicos al huevo. «Es porque la vacuna tiene la proteína del huevo y puede provocar alergia. Tenemos otras vacunas alternativas pero son para mayores de 18 años», explicó Estela Terrer, coordinadora de Enfermería del centro de salud de Vila, en el que ayer, primer día de la campaña de vacunación, que se prolonga hasta el 11 de diciembre, se citaron a unos 70 pacientes.
Balears es una de las comunidades en las que ha empezado más tarde la campaña de vacunación, al contrario que en otras regiones de la Península. El médico de Atención Primaria del centro de salud de Vila, Iñaki García Olivan, atribuye a razones climatológicas este retraso en el inicio de la campaña. «Mucha gente nos los pregunta y tiene una explicación. La vacuna de la gripe tiene un pico de eficacia máximo de tres meses y aquí, debido a la climatología, nos adaptamos a los meses de más frío».
Mayor de 65 años y tomando medicamentos como el sintrom, un anticoagulante, Francisco Ruiz figura entre los grupos de riesgo que se aconseja que pongan la vacuna. A los enfermos crónicos que padecen asma, diabetes o sufren un proceso de deterioro inmunológicos se le recomienda vacunarse. También los cuidadores de pacientes, «deberían de vacunarse para evitar el contagio porque la gripe en sí sabemos que es un proceso relativamente trivial, que no debería tener mayos repercusión pero sí que puede ser arriesgado y poner en peligro incluso la vida de pacientes con alguna patología establecida», aseguró García Olivan. Las embarazadas en cualquier mes de gestación «deberían ponerse la vacuna, se ha demostrado que protege al feto», precisa. Bomberos, profesores o personal de residencias son otros de los colectivos a los que va dirigido. «Cada año intentamos que la vacunas llegue al mayor número de personas. La eficacia es bastante alta», añadió.
Eivissa y Formentera contarán inicialmente con 16.345 dosis de vacunas esta campaña. Sólo de población mayor de 65 años, las Pitiüses cuenta con 15.688 personas.
El médico destacó la importancia de diferenciar la gripe de un resfriado: «La gente ha de ser consciente de esto porque supone un problema de saturación de los servicios de urgencia y de atención primaria». Frente a un catarro normal, que podemos sufrir varias veces en el invierno, una gripe «puede llevar fácilmente cinco días con fiebre muy elevada, dolor de cabeza y de articulaciones; son procesos víricos en los que no se debe de tratar antibióticos». Si hay dudas, aconseja consultar con un profesional y advierte que «el abuso de antibióticos no ha llevado muchos problemas».
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