Un simple gesto como retirar las colchonetas, esas pelotas con las que jugamos en la piscina o un flotador una vez acabada la sesión de baño puede ser clave para evitar un sobresalto o un trágico accidente.
Durante el verano, el binomio piscina-niño dispara las alertas. En cuestión de quince días, dos pequeños de 20 meses y 7 años han fallecido en sendos accidentes en piscinas privadas de Santa Gertrudis y Sant Josep. Otros dos, resultaron heridos tras sufrir apneas en piscinas de Santa Eulária y Formentera.
Las estadísticas dicen que el setenta por ciento de los ahogados son menores de seis años. Tres de cada cuatro fallecimientos se producen en piscinas privadas. Los adultos saben de los riesgos que puede conllevar estar cerca de una piscina pero, desgraciadamente, cada verano los accidentes se suceden y dejan una trágica factura de entre cincuenta y cien muertes al año.
«La mejor prevención es la vigilancia», destaca a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA David Riera, experimentado socorrista con más de 20 años en la profesión, los 16 últimos en el equipo del Complejo Deportivo Es Raspallar-Sa Blanca Dona. Riera hace hincapié en la necesidad de la concienciación y la precaución máxima. «En un descuido mínimo, en un chasquido de dedos ya puedes tener un niño zambullido en una piscina. Hay que estar con todos los sentidos activados».
Riera también aconseja inculcar al pequeño que «no todo en la piscina es diversión. Hay un tiempo para el aprendizaje».
En este sentido, una buena medida de precaución o seguridad es que los pequeños hagan ejercicios de flotación dorsal y trabajar las vias aerias de respiración hacia arriba.
En el caso de los más pequeños, hasta los 8 meses, se les debe enseñar a flotar panza arriba.
Riesgos
Los niños con edades comprendidas entre uno y cuatro años son el grupo de mayor riesgo. Además, un sesenta por ciento de los niños que sobreviven a un accidente acuático tendrán secuelas permanentes , por lo que se hace imprescindible evitar los juegos peligrosos.
Hay estudios que recogen que un bebé puede morir ahogado en un descuido de sólo 20 segundos, en 30 un niño. Y si el cerebro no recibe el oxígeno suficiente, pueden producirse daños graves en pocos minutos (tres o cuatro). La pérdida de conocimiento sucede en dos minutos.
La estadísticas también apuntan que por cada niño que muere ahogado, hay otros cuatro hospitalizados y muchos de ellos nunca se recuperan del daño cerebral que ocurre en la inmersión.
Los datos recogidos por la Asocación Estatal de Víctimas de Accidentes DIA indican que es muy baja la incidencia de accidentes en piscinas que están rodeadas por una valla con suficiente altura y con una puerta de imposible apertura por parte de un menor.
El decálogo de prevención tendría en la punta de la pirámide: No perder nunca al menor de vista. La vigilancia tampoco se debe delegar en otro menor. Hay que respetar los tiempos de digestión. No dejarlos solos. No permitir los juegos peligrosos. Evitar las distracciones. Apuntar los niños a cursos de natación. Y, sobretodo, nunca bajar la guardia aunque el niño sepa nadar.
David Riera remarca que la clave es que el adulto tenga en cuenta en todo momento que el niño «no ve el peligro».
Recomendaciones
MEDIDAS DE SEGURIDAD
Vigilancia continua: No existesustituto de la supervisión de un adulto. Uno se responsabiliza y si hace falta se organizan turnos.
Norma 10/20: Mirar la piscina cada 10 segundos y poder llegar al agua en 20 segundos.
Evaluar riesgos: Detectar si el niño puede llegar solo a la piscina en un descuido.
Niveles de protección: Incorporar dispositivos de seguridad que impidan que el niño pueda llegar solo a la piscina.
Aprendizaje y educación: Enseñar a flotar, nadar y actuar con protección.
Dispositivos de rescate: Disponer de pértiga, salvavidas y teléfono.
Orden: Alejar juguetes y elementos llamativos de la piscina y alrededores cuando no se usen.
Drenajes: Revisión, mantenimiento y alejamiento de los niños de estos elementos. Conocer su funcionamiento y desconexión.
Elementos de seguridad: Instalación de vallas en la piscina, así como cobertores en la temporada que la misma no se use (cumpliendo normas AFNOR). También es conveniente tener dispositivos de alarma en la piscina.
Emergencias: Tanto adultos como niños deben llamar al 112 en caso de accidente y conocer la conducta PAS (Proteger-Alertar-Socorrer). A los adultos se les recomienda conocer el protocolo de Reanimación Cardiopulmonar (RCP).
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