El decorado exterior precedía lo que se encontraría el público al entrar. Y es que la discoteca no ha escatimado un céntimo en recrear el ambiente hippie de los 60 y 70, con imágenes de The Beatles ni los Fiat 500, como antesala de un interior espectacular, firmado por Jesús de Miguel, creador de la imagen visual de esta Flower Power.
La fiesta más esperada contagió buenas vibraciones entre los clientes a quienes maquillaron y llenaron de adornos antes de entrar, si es que no venían disfrazados ya de casa. Pacha rebosaba margaritas blancas, símbolos de la paz, gafas de pasta redonda y confeti de colores. También ayudó mucho la música escogida que fue bailada, desenfrenadamente, por un público entregado y perteneciente a una franja de edad acorde con la fiesta.
El mensaje de libertad que abandera una fiesta como la Flower Power es, además, una mentalidad muy acorde con la filosofía que aún hoy mantiene Eivissa. Por eso, no es de extrañar que hasta los más mayores quieran rememorar su juventud y regresar a esos años donde comenzó a romperse con lo establecido. Para la 1.30 am la discoteca estaba ya completa.
1 comentario
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No son un poco mayorcitos para ir haciendo el ridículo por ahí?