Después de mucho trabajo se ha salvado la portada del Llibre de Determinacions.

El pasado mes de marzo, la directora del Arxiu d'Imatge i So d'Eivissa, Fanny Tur, presentó junto a la concejala de Cultura, Lina Sansano, los últimos trabajos llevados a cabo por esta institución en materia de conservación y restauración de documentos históricos.

Concretamente, y gracias, entre otros motivos, a un presupuesto conjunto para el archivo y la biblioteca municipal de Vila, de 73.000 euros para este 2015, la restauradora Nina Ferrer ha devuelto la vida a dos documentos de suma importancia histórica, el Llibre de Determinacions del Consell de 1555 a 1558, y el Llibre de Juraria, escrito entre 1618 y 1619.

Llibre de Determinacions

El primero de ellos recoge los acuerdos tomados entre 1555 y 1558 por el Consell Secret o Consell General de la Universitat d'Eivissa, órgano de gobierno insular de las pitiusas durante estos años. De autor desconocido, está elaborado en pergamino, tintas manuscritas y papel verjurado, un papel de buena calidad que se caracteriza, entre otras cosas, por tener en su acabado unas leves marcas transversales de grosor variable en su superficie, visibles incluso al trasluz.

Según recoge la restauradora de papel Nina Ferrer en su informe, cuando comenzó con su restauración el 29 de junio de 2014, su estado de conservación era muy malo y había un serio peligro de que pudiera desaparecer. «El pergamino de la encuadernación presentaba muchos doblados, pliegues y ondulaciones; tenía carencias de apoyo importantes, manchas, restos de bacterias y mucha suciedad. Además, las tintas del escudo y de la inscripción de la portada habían sufrido un proceso de descomposición muy importante y lo peor es que es que el deterioro de las tintas también había afectado al apoyo, que presentaba manchas marrones, resecas y quebradizas que impedían reutilizar su encuadernación», afirmó la restauradora.

Además, y para complicar más el asunto, el bloque del libro también estaba dañado, y su soporte presentaba agujeros provocados por xilófagos, desgarros, arrugas, dobleces, manchas de humedad y de orines de roedores e, incluso, entre las hojas había una pasta de unos 30 milímetros de diámetro y unos 5 de grosor, adherida al apoyo y que provocó que dos páginas terminaran pegadas.

Por todo ello, Ferrer llevó a cabo un exhaustivo trabajo que comenzó con una desinfección mediante una solución hidroalcohólica aplicada con algodón. Después, procedió a una limpieza mecánica del papel, pasando la paletina para quitar la suciedad más superficial, aplicando goma de pan rallado con algodón y eraser en la suciedad más incrustada, y usando el bisturí para eliminar excrementos de insectos y otras manchas de la superficie.

Desgraciadamente, la cara de la portada dió más problemas ya que presentaba una capa de suciedad muy gruesa que había afectado a la inscripción y al escudo y que había provocado que las tintas y el apoyo para la parte de la flor estuvieran en estado de descomposición. Para eliminar esta capa, Ferrer uso el bisturí fijo y la goma eraser mientras que en la inscripción se dejó de forma provisional la capa de suciedad ante el peligro de pérdida de información.

Mientras, el pergamino se limpió con una solución hidroalcohólica al 50% con agua destilada aplicada con algodón, y con el papel se hizo lo propio mediante inmersión, aplicándole tres baños: el primero para humedecer el papel, el segundo con jabón neutro y el último para enjuagar. Igualmente, la pasta que pegaba las dos hojas, manchando incluso otras anteriores y posteriores, se eliminó humedeciendo el papel, en este caso realizando el baño por inmersión con las dos hojas pegadas mientras muy lentamente, con la ayuda del bisturí fijo, se iban separando. Y para arreglar las dobleces y ondulaciones del pergamino la restauradora lo colocó, lo humedeció y posteriormente lo secó lentamente bajo tablas de madera.

Después de todo esto, para consolidar sus desgarros se emplearon pergaminos nuevos, usando sólo la parte de la piel, y pegándolos al original con color blanco de PH neutro. Y finalmente, para su reintegración se usó papel japonés grueso con cola blanca.

Por su parte, las hojas de este Llibre de Determinacions del Consell fueron colocadas por Nina Ferrer entre papel secante para intentar que quedaran planas y solucionó el problema de los pliegues y los dobleces con espátula caliente. Después, para consolidarlo, empleó papel japonés de 11 y 18 gramos, para la laminación más degradadas Archibond Tissue y para su reintegración, papel japonés verjurado y Tylose MH-300 al 5%.
Finalmente, el último paso, para que todo quedara correcto, fue coser las hojas del bloque siguiendo el orden original con hilo de lino para encuadernar. Precisamente en esta encuadernación se ha usado pergamino y se han realizado unas guardas de papel barrera.

Llibre de Juraria

En lo que respecta al segundo ejemplar recuperado, el Llibre de Juraria en el que también se recogen los acuerdos tomados por el Consell Secret o Consell General de la Universitat d'Eivissa, en este caso entre 1618 y 1619, Nina Ferrer comenzó su restauración el 29 de junio de 2014 y lo terminó el 7 de octubre del mismo año.

Cuando el libro llegó al taller de la restauradora estaba en mal estado de conservación. Las bacterias habían dañado el pergamino de la encuadernación y manchado y erosionado el apoyo, afectando al escudo y la inscripción de la portada. Además, presentaba una falta de apoyo en todo el borde superior y en parte de uno de sus bordes longitudinales, desgarros y agujeros, sobre todo en la esquina inferior derecha, suciedad superficial, sus primeras y últimas hojas tenían manchas azuladas, y para más gravedad, la encuadernación y el bloque del libro llegaron sin estar cosidos.

Así, el proceso de restauración de Nina Ferrer se volvió a dividir en dos partes, el pergamino y el papel.
En la primera, todo comenzó con una desinfección a través de una solución hidroalcohólica aplicada con algodón y continuó con una limpieza mecánica, pasando primero la paletina para quitar la suciedad más superficial; después, usando goma de pan rallado con algodón y eraser en la suciedad más incrustada y, finalmente, empleando el bisturí para eliminar los excrementos de insectos y otras manchas solidificadas.

Después se procedió a su secado, colocando el pergamino entre papel secante y bajo seco, y se consolidó y se reintegró usando, entre otras cosas, pergamino nuevo y cola blanca neutra.

En lo que respecta al papel, la limpieza húmeda se realizó mediante una solución hidroalcohólica al 50% ,aplicada con algodón y por inmersión, empleando tres baños: el primero para humedecer el papel, el segundo con jabón neutro y el último para enjuagar. Después, se colocaron entre ejemplares humedecidos y papel secante para alisarlos, se consolidó, usando para los desgarros, papel japonés de 11 gramos; para los agujeros y carencias de apoyo pequeñas, papel japonés de 18 gramos, y finalmente, para su reintegración, Nina Ferrer, empleó de nuevo papel japonés y Tylose MH-300 al 5%.

Y ya, para el último paso, se decidió presentar este Llibre de Juraria habiendo cosido el bloque y el pergamino, protegiéndolo además con papel barrera, que se introdujo en las tapas del pergamino.