La Fiscalía ha solicitado 2 años de prisión para López y Tuells, mientras que la acusación particular de la letrada Ascensión Joaniquet ha pedido 4 años de prisión para cada uno de ellos por denuncia falsa y calumnias, además de una indemnización de 450.000 euros.
La acusación particular del juez José Espinosa ha reclamado también 4 años de cárcel para Tuells y el pago de una indemnización, pero ha retirado sus cargos contra Roque López.
Por su parte, tanto el abogado defensor de Roque López como Andrés Tuells, que se defendía a si mismo, han solicitado la libre absolución.
Los hechos juzgados se remontan a septiembre de 2009, cuando el exdirigente socialista Roque López y su entonces abogado, que habían denunciado a la cúpula dirigente del PSOE en Ibiza por el «caso Eivissa Centre», presentaron una querella contra el juez instructor del caso, José Espinosa, acusándolo de haber aceptado un soborno de Ascensión Joaniquet, la abogada defensora de los dirigentes socialistas imputados en Eivissa Centre.
Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Baleares dictaminó que la querella contra Espinosa y Joaniquet no tenía ningún fundamento, lo que ha provocado una denuncia de éstos por denuncia falsa y calumnia.
En su lectura de conclusiones, la fiscal Bárbara Moreno ha acusado a Tuells de ser el «autor intelectual de una maquinación que no tenía otro objetivo que desprestigiar a Joaniquet y a Espinosa con dolo y mala fe».
Juan Maria Ormazábal, abogado del juez Espinosa, ha definido a Tuells como una «personalidad egocéntrica, poseído por un sadismo judicial» y que «denigra a esta profesión».
El abogado de Roque López, Salvador Ferrer, ha basado su estrategia de defensa en descargar toda la responsabilidad sobre Tuells, a quien ha calificado como el «cerebro que maquinó y consiguió convencer a mi cliente».
Tuells, por su parte, ha fundamentado su defensa en admitir que Joaniquet y Espinosa son inocentes de lo que les acusó, pero que cuando en su momento se querelló contra ellos lo hizo con el convencimiento sincero de que eran culpables: «Nunca hice aquella denuncia a sabiendas de que fuera falsa».
En esta segunda jornada del juicio también han declarado los testigos, como el juez José Espinosa y su mujer.
Espinosa ha explicado que la acusación falsa contra su persona le supuso un «cabreo solemne» y un «destrozo moral y psicológico, a nivel personal y familiar, difícil de cuantificar».
Su esposa ha relatado que el proceso judicial ha supuesto para ella un cuadro depresivo, ha recordado el estigma sufrido y el hecho de que muchas personas le retiraran el saludo, lo que provocó que pasara largas temporadas sin salir de casa.
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