Según los progresistas, es la segunda modificación que impulsa la alcaldesa Pepita Gutiérrez en sólo dos años.
El portavoz Pep Marí Marge dijo que estos cambios sólo pretenden «abrir la puerta a centros comerciales o de ocio, como grandes discotecas, para hacer lo que se quiera en Sant Antoni». Además, recordó que, con la modificación, se permitirían volumetrías de hasta 25.000 metros cúbicos, «prácticamente en todo el municipio».
«Con esta decisión, veremos súper naves y no será un lugar turístico atractivo», lamentó.
Asimismo, dijo que el equipo del PP «gobierna de espaldas al pueblo y cede a los intereses de unos pocos». Según Marí, las protestas de los comerciantes son una muestra del descontento de Sant Antoni con la forma de gobernar de Gutiérrez.
El concejal Juanjo Cardona destacó el retraso en la tramitación del nuevo plan municipal, «en el que el Consistorio actúa a base de parches, haciendo modificaciones del actual, que es de 1987».
Así, el edil confió en que se apruebe un nuevo documento adaptado a las necesidades actuales y, sobre todo, «que Sant Antoni atienda las numerosas alegaciones que se han presentado a la propuesta municipal».
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