Cristina Marí, presidenta de la recién constituida asociación Círculo Ibiza.

La asociación Círculo Ibiza engloba a profesionales de diferentes áreas relacionadas con el sector turístico. ¿Su objetivo? Proponer soluciones a las problemáticas que detectan en la Isla y señalar las necesidades de la misma. Además, abogan por crear un espacio de debate y, para ello, se han marcado una agenda de actividades. Cristina Marí, presidenta de esta asociación, señala como «prioritario» buscar soluciones a la conectividad aérea en temporada baja, indispensable, según explica, para conseguir una temporada real de seis meses.

—¿Qué es Círculo Ibiza?

—Formalmente somos un grupo de profesionales que abarcamos diferentes ramas de la actividad empresarial y turística. Nos reuníamos sin mucha formalidad y al final decidimos darle formalidad y salir a la luz pública. Queremos promover el debate social apolítico y totalmente transparente con la intención de que la gente debata los problemas de la isla. Asimismo intentamos aportar soluciones a la problemática o reclamar lo que identificamos como necesidades. Creemos que no existe ese club de debate abierto en la isla, por eso lo promovemos públicamente haciendo jornadas y actividades. Por el momento no somos muchos, pero hay personas vinculadas al sector hotelero o náutico, por ejemplo. La hemos fundado 13 profesionales.

—¿Qué objetivos se han marcado como asociación a corto y medio plazo?

—Nos hemos creado una agenda para abordar diferentes temas en los próximos meses. Teníamos claro que la primera actividad serían las jornadas de turismo porque todo en la Isla está relacionado con el turismo. De hecho, probablemente volvamos sobre temas turísticos; queremos contribuir porque si se habla de cambio de modelo turístico vamos a reflexionarlo entre todos juntos para ver qué es lo que más nos conviene.

—Ahora que lo menciona, ¿hacia dónde cree que se está produciendo el cambio de modelo turístico?

—Desde Círculo Ibiza pensamos que se tiene que ampliar la oferta para combatir la estacionalidad. En este sentido creemos que deberíamos marcarnos el objetivo de conseguir de verdad la desestacionalización concertando acciones en el principio y final de la temporada. Así se conseguiría la temporada real de seis meses. Esto es lo que creo que hay que fomentar. Esto está relacionado con la conectividad aérea; nadie habla de ella ahora en verano porque estamos bien comunicados, pero hay que trabajarla ahora para sentar las bases para tener una estabilidad en las conexiones en temporada baja. A esto hay que sumar la creación de eventos para que la gente venga y buscar otras actividades que se puedan desarrollar fuera de los meses fuertes de julio y agosto, como promocionar el sector náutico o el turismo de golf.

—¿Cómo cree que será el panorama de conexiones aéreas este invierno?

—Es la pescadilla que se muerde la cola porque nos perjudica a los residentes el hecho de no tener conexiones, pero los turistas tampoco pueden venir y esto se ha reflejado en los datos sobre llegadas de turistas. Todos tenemos que poner de nuestra parte y hacer un esfuerzo para mantener el atractivo para que la gente venga fuera de la temporada alta. Yo creo que este invierno será igual; que yo sepa no se ha tomado ninguna medida. Políticamente se ha celebrado alguna que otra reunión a nivel balear y nacional y se hablaba de declarar de interés público la línea Eivissa-Madrid, pero creo que eso no basta. Pensamos que no basta poner una cifra porque esto hará que los billetes nunca bajen de este precio, que es lo que nos ha pasado con los vuelos a Palma; tienes conectividad pero a qué precio. También es cierto que no es un problema fácil de solucionar. Si se crean estos clubs de debate y la gente aporta sus ideas quiero pensar que si nos movilizamos, algo tenemos que conseguir.

—Hay sectores y patronales que este verano hablan de la pérdida del turista con poder adquisitivo medio, ¿qué opina al respecto?

— Creo que sí que lo estamos perdiendo. La cuestión está en que no debemos descartar ningún tipo de turismo porque caben todos los tipos de turismo posible. En este sentido, el que quiera venir a Eivissa tiene que poder encontrar lo que busca a su nivel porque no todo el mundo puede acceder al lujo y si los precios cada vez son más caros mucha gente piensa ‘no voy a ir a Eivissa porque es que no llego'. De hecho, el sector turístico de Eivissa tiene como asignatura pendiente vigilar la relación calidad-precio; no la podemos perder de vista. La conciencia entre la relación de calidad y precio deberíamos vigilarla porque siempre pensamos ‘bueno, subimos un poquito el precio y la gente vendrá igual'. Hay que tener cuidado con esto. Evidentemente con el precio tienes que cubrir los costes, pero debemos ser cautos.

—¿Y el turismo familiar?

—El tema de las discotecas y la fiesta por una parte funciona muy bien, pero por la otra creo ahuyenta el turismo familiar. El ejemplo lo tenemos en zonas como Platja d'en Bossa. Veo difícil el encaje entre los dos tipos de turismo.