Miembros de la Ibiza Preservation Fund y de la APAEEF, ayer en rueda de prensa, ofrecida en Can Musson.

La iniciativa de crear un banco de tierras para poner en contacto a agricultores y propietarios de fincas que impulsa la Associació de Productors d'Agricultura Ecològica d'Eivissa i Formentera (Apaeef) está resultando ser todo un éxito. Solo hace tres meses que la pusieron en marcha y ya han logrado que más de 60 personas (entre dueños y agricultores) se apunten a la iniciativa y que se ofrezcan 100 hectáreas de terreno.
Según explicó Jordi Serra, técnico y productor de la Apaeef, la idea de crear un banco de tierras surgió porque detectaron que había muchos agricultores jóvenes que se acercaban a la asociación buscando terrenos, con lo que pensaron que sería bueno hacer un llamamiento a propietarios que estuvieran interesados en alquilarlos o cederlos para su cultivo. Este intercambio se basa en el antiguo sistema de majorals que se llevaba a cabo en Eivissa antiguamente, una fórmula que ha caído en desuso y que ahora quieren recuperar.

Ayuda de una fundación
Por ahora están todavía en el período de recogida de datos y han visto que hay más oferta de tierras que agricultores. Según Serra, se les hace un pequeño cuestionario a los propietarios para evaluar las características de las hectáreas que ofrecen. Al solicitante de fincas, por su parte, se le evalúa la experiencia y capacidad para poder trabajarlas. Para realizar esta labor de selección, que lleva mucho trabajo, han recibido una ayuda económica de varios miles de euros de una fundación preocupada por el medio ambiente de la Isla, la Ibiza Preservation Fund. «Nos quieren ayudar con este proyecto porque pensaron que podría mejorar la preservación del paisaje ibicenco y su biodiversidad», explicó Serra, que indicó que pronto también contarán con un local para poder atender a los interesados en el banco de tierras. Las 100 hectáreas que se han ofrecido están muy repartidas por toda la Isla y tienen una tipología muy diversa, aunque la mayoría son terrenos que tienen almendros y algarrobos y en la mitad de los casos tienen posibilidad de agua para regadío. Según la Apaeef, normalmente los terrenos pertenecen a gente mayor, cuyos hijos y nietos ya no cultivan la tierra y quieren mantener esa actividad. «En otros casos es gente que tiene un chalet y una parte de la finca que no aprovechan para nada, cada caso es mundo», aclaró Serra, que indicó que la mayoría de agricultores (una quincena en total) son gente joven. También están interesados en coger más tierras algunos productores de la asociación.
Serra no ha notado que con la crisis haya gente que se haya volcado en la agricultura como salida, aunque sí que es cierto que, aparte de las personas que buscan tierras y que ofrecen, hay una tercera categoría de interesados que solo se acercan para buscar asesoramiento para saber cómo está el tema de la agricultura ecológica.
«La verdad es que estamos muy satisfechos con la respuesta, que ha superado todas nuestras expectativas y nuestra capacidad de trabajo hasta ahora», indicó Serra, que matizó que con la ayuda de la fundación y del local con el que contarán dentro de poco podrán ir más rápido y hacer efectiva la puesta en contacto entre agricultores y propietarios. De hecho, animan a los interesados en tierras o a los dueños de fincas que se pongan en contacto con ellos en el teléfono 665724843 o en el e-mail bancdeterres@gmail.com. Uno de los requisitos que se exige a los interesados en cultivar tierras es que trabajen según las normas de la agricultura ecológica.

Ceder tierras gratis para que no se deterioren
Desde la asociación de agricultores ecológicos explican que los acuerdos a los que lleguen los propietarios y agricultores son privados. «Alquilar tierras no es como alquilar un bar, el sector agrario está en crisis desde hace 30 años y el rendimiento por hectárea es muy bajo», explicó Serra, que aclaró que ni el Govern ni el Consell tienen fijados precios para ello. «Una de las fórmulas que estamos fomentando es el del pacto para el mantenimiento de la tierra, la finca deja de ser un coste y una preocupación y a cambio se deja trabajar sin cobrar nada», especificó Serra, que indicó que para el propietario la ventaja es evitar el deterioro de la tierra. «Normalmente los dueños quieren sacar alguna cosa, pero si hay tanta oferta los agricultores se irán a los que ofrezcan mejores condiciones»,señaló este productor.