Carol Rodríguez sentada rodeada de libros en la mesa de la biblioteca que ocupa desde el año 2004

El mes de mayo la biblioteca pública del barrio de ses Figueretes cumplirá diez años. Un tiempo en el que, gracias al intenso trabajo que realizan en ella la Asociación de Vecinos de ses Figueretes, se ha convertido en un auténtico centro social por el que tan pronto pasan usuarios en busca de un libro, de unos minutos de conexión a internet, de un lugar para estudiar o, simplemente, para participar en las distintas actividades que en ella se organizan.

Sin embargo los tentáculos de la crisis económica son alargados y ahora el futuro de este centro, dependiente de la Xarxa de Biblioteques del Consell Insular, es, cuanto menos, complicado. «El coste del funcionamiento de la biblioteca lo soporta enteramente la asociación de vecinos y ahora que las subvenciones del Consell d’Eivissa tardan en llegar, todo se hace mucho más complicado», afirma Carolina Rodríguez, conocida cariñosamente como Carol, por todo el que pasa por allí.

Tal es así, que según la bibliotecaria del centro desde 2004, sobreviven «haciendo malabarismos y gracias a la ayuda de comerciantes del barrio que siempre aportan su granito de arena, como en la fiestas de Sant Joan o el pasado Dijous Llarder». Algo que confirma el presidente de la Asociación de Vecinos de ses Figueretes, José Juan Bonet, que asegura que «si no fuese por el dinero que aportan los socios de la asociación la biblioteca ya habría cerrado».

Algo que sería un drama para las más de seiscientas personas que pasaron por allí en enero y febrero de 2012 con el fin de disfrutar de todo lo que en ella se ofrece. «No es una biblioteca al uso ya que también hacemos yoga, risoterapia, pintura durante la mañana y la tarde de los martes, los contacuentos de Carmelo Caramelo o clases de baile de salón o catalán», asegura Carol con una gran sonrisa. Desgraciadamente actualmente la tardanza en cobrar las subvenciones por parte del Consell ha obligado a suspender y retrasar algunas de las actividades previstas y que ahora se tenga que pagar la incripción en ellos.

Sin embargo Carol asegura que, a pesar de todo, «se seguirá luchando por seguir funcionando como hasta ahora o un poco mejor si se puede, y seguir pensando en el día a día». Un presente que pasa por organizar dentro de dos domingos una fiesta de la primavera con un taller de pintura para todos los niños del barrio de ses Figueretes.