Fernando Monge (Tánger, 1958) es de Bilbao, pero por el trabajo de su padre nació en Tánger. De allí se trasladó la familia a Canarias y después a Bilbao. A los 17 años se independizó e hizo un viaje a Eivissa, luego Canarias, México y, entre otros países, Estados Unidos, en el que vivió doce años. Regresó en 1989 a Eivissa para instalarse, lugar donde desarrolló primero su trabajo como fotógráfo y ahora cuenta con una escuela de cine. Este amante del género de ciencia ficción siempre ha ido a contracorriente: duró tres meses en la carrera de Derecho y se dedicó a recorrer mundo haciendo autostop. «Fui objetor de confianza y objetaba a todo lo que se me ponía por delante», confiesa. Su amor al cine le viene de familia, por su abuelo que regentaba dos teatros en Logroño y con el que pasaban los veranos. Ahora produce un largometraje que codirige con María de las Heras y se encuentra en fase de montaje. El estreno de Un lugar para las butter cookies será después del verano.
-¿Es un proyecto arriesgado montar una escuela de cine en Eivissa?
-Sí, de hecho ha habido varios intentos que no han conseguido cuajar. La mía ha seguido adelante porque hay una voluntad por mi parte. Es un negocio, un trabajo mal pagado y muy vocacional. La he mantenido abierta porque es donde yo he aprendido a hacer cine.
-Para más inri, ahora se embarca con un largometraje.
-Si veo claro un proyecto, me meto. Hay ocasiones en que lo tienes que hacer e intuyes que tienes que llegar al final, y esta ha sido una de ellas. Con el festival de cortos Elektrozine, en 1999, fue una cosa así, un primer ensayo para ver si podía gestionar un proyecto de una cierta envergadura, más o menos similar a la producción de un largometraje. En este caso me crucé con Xoel Fernández de manera casual en Comidas San Juan y empezamos a hablar: él es actor y yo tengo un proyecto. Montamos un casting en Madrid y conseguimos la participación de actores de cierto relieve. Integramos a actores de Eivissa. De alguna forma todo confluye en un punto y nos pilla preparados para un largo. A dos días del rodaje no sabíamos cómo íbamos a dar de comer al equipo.
-¿Cómo lo habeis arreglado?
-Hemos montando una cooperativa informal en la que se ha dado participación en los beneficios en base a las horas trabajadas. La Conselleria de Turisme ha subvencionado los desplazamientos a Madrid de los actores y la comida nos la ha proporcionado las aportaciones de los familiares.
-Pues ha sido arriesgado.
-Sí, pero hemos conseguido rodar durante un mes y medio. Presidència nos cedió el Polvorí de Santa Gertrudis. Hemos conseguido rodarla y montarla.
-¿Es una esperanza para el cine en Eivissa que David Marqués haya ido al Festival de Málaga?
-Sí, ves que es posible hacer otro cine y desde la periferia. David lo ha demostrado. Hay que currárselo.
-¿Cómo es su relación con David Marqués?
-Es bastante buena. Fuimos juntos a un festival con nuestros primeros cortos. A él se lo premiaron y a mí no (risas).
-¿Su paso por Hollywood le influyó a la hora de hacer cine?
-Sí, pero no por el hecho de hacer cine. Tengo una formación de imagen y de producción muy americana, valoras a las personas por lo que saben hacer y no por las familias. Eso ocurre en muchos países pero en España es muy acusado.
-¿Qué personajes de Hollywood conoció?
-Conocí a Frank Zappa y a David Cronenberg. Allí estaba en la parte más underground, muy lejos del circuito comercial. He trabajado muy al margen de la industria de Hollywood.
-¿Qué opina del Festival de Cine en Eivissa?
-Me parece muy bien y que esté apostando y que apueste por el cine independiente.
-¿Qué le parece la ley Sinde?
-La ley Sinde es otro intento de ponerle puertas al campo y no asumir que el mercado está cambiando. Si es para perseguir las descargas de material piratas, es inabarcable. Hay un problema con Internet, que se considera que no es un medio de comunicación, y para mí eso es equivocado. No es cierto que la gente se descargue las cosas gratuitamente porque se paga la conexión a Internet. Quien se benefician de las descargas son las operadoras de telefonía, que son las que compran las productoras de cine y televisión porque donde antes hacían dinero ya no lo hacen y son las operadoras las que sí lo hacen y no pagan ningún canon, pero deberían hacerlo.
-Entonces la SGAE deberían exigirle a las compañías de telefonía el canon.
-Debería, porque han llegado a exigir un canon en soporte de grabación incluso a productoras de televisión que se ha demostrado que es ilegal.
-¿Hay posibilidad de hacer un 'Torrente 'ibicenco?
-Posiblemente, pero no es mi estilo. Torrente es un fenómeno del cine español, me gustó más el primero por la novedad y la casposidad. El resto no las he visto.
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