El día grande de Sant Francesc se salvó cuando muchos lo daban por finiquitado ya que a las siete de la mañana diluviaba y el viento era de gran intensidad. Pero nada, que fue un susto y aunque a eso de las nueve y media de la mañana cuando algunas de las personas que iban a contemplar el torneo de judo acababan con el paraguas al revés, poco después se instalaba la bonanza climatológica dando al razón a todos aquellos que por eso de disfrutar no saben de vientos ni lluvias.

 Y mientras medio centenar de jovencitos lidiaban bajo techado y siguiendo unas normas precisas para ir conociendo técnicas deportivas en judo, otros practicaban el recogimiento en el soportal del Consell de Formentera para dar los últimos toques a la frita de polp, manjar imprescindible para el día de Sant Francesc, antes de que llegara la hora o justamente para dar tiempo al momento del concurso de vi pagès. Este año ya ha habido alguna que otra voz, soterrada ya que eso no se dice a las claras de que en lugar de dar un premio al mejor, se podría dar un premio al peor de los vinos payeses. Para algunos es excesivo, para otros sería un tanto normal dados los caldos que a veces concursan.

 Pero gastronomía aparte, Sant Francesc como fiesta religiosa que es, concitó una hora antes del inicio previsto de la misa, que por si fuera poco se retrasó, a un hervidero de feligreses que no cabían en la iglesia pero que de alguna manera quisieron estar presentes en el evento aunque fuera en el exterior de la iglesia. Los que pudieron entrar en la nave disfrutaron de una misa cantada oficiada por el obispo de las Pitiüses Vicente Juan Segura, y a la que asistieron como representación institucional el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, diversos conselleres del equipo de gobierno así como los portavoces de los partidos políticos de la oposición como GUIF y PP.

 Tras la misma, la procesión por las principales calles del núcleo urbano que no estuvieran levantadas por obras, y a continuación, en una habitual suma de conceptos distintos aunque coincidentes, quizás concomitantes en el costumbrismo, como el ball pagés y el convite de orelletes a los asistentes.

Para finalizar la jornada matinal en la sala de plenos del Consell insular, el presidente de la institución, Jaume Ferrer, y el del Institut d'Estudis Baleàrics, Sebastià Serra, hicieron entrega a Sabine y David Vergara del premio a la producción cultural Illa de Formentera. Se trata de una distinción creada hace dos años en la que se premia la labor de las personas que trabajan por y para la cultura y, en este caso, con el plus de hacerlo como Sabine y David lo han estado haciendo desde hace una década, de forma desinteresada. Al acto asistieron responsables de entidades o asociaciones relacionadas con la cultura, artistas que han expuesto en la sala y artistas que de forma desinteresadas querían mostrar su apoyo a la actividad de Sabine y David. Tanto Serra como Ferrer, y antes lo hizo la vicepresidenta del Consell y responsable de Cultura, Sònia Cardona, elogiaron la actitud, disposición e iniciativa de Sabine y David a la hora de entender y querer dar a conocer la cultura que se hace en la isla o la que de forma tangencial se refiere a la isla o que desde lejos desea llegar a la isla.

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