El Grup d'Estudis de la Natura (GEN) y Ecologistas en Acción denunciaron ayer que la ampliación del puerto de Vila propuesta por la Autoritat Portuària de Balears (APB) podría ayudar a la extensión de la caulerpa racimosa, un alga invasora que pone en peligro el ecosistema marino, en especial las praderas de posidonia. Jorge Sáez, Coordinador de Medio Marino de Ecologistas en Acción (EA), y Neus Prats, del GEN, mostraron ayer algunas cepas de caulerpa recogidas del fondo marino de zonas cercanas a la bocana del puerto, «porque en su interior, la APB no da permiso para sumergirse», explicó Prats.

Los ecologistas también están convencidos de que en los lodos que se tienen que retirar para construir la nueva plataforma y pantalanes de es Botafoc (ocuparán una superficie de 75.000 metros cuadrados) existe materia orgánica y elementos contaminantes, en contra de lo que dice la APB y la Declaración de Impacto Ambiental. «Aunque fueran lodos limpios, cuando se lancen al fondo los 660.000 metros cúbicos de fangos se aumentará la turbidez del agua, se provocará una saturación de nutrientes y se acabará asfixiando a las comunidades de posidonia», explicó.

Los ecologistas denuncian que «una cosa es el punto donde se vierten los lodos y otra cosa es dónde los llevan las corrientes, por lo que no se puede decir que no afectarán a las praderas de posidonia», apuntó Prats.

Precedente

Por otra parte, la líder conservacionista añadió que «el dragado y vertido de 189.000 m3 de fangos procedentes de la obra del dique de es Botafoc, en 2001, no dispuso jamás de evaluación ni seguimiento ambiental». «Es absurdo que la APB diga que no existe afectación por el vertido a 200 metros de la zona donde se realizó ya que hay razones para pensar que los fangos jamás llegaron al punto previsto, sino que en realidad fueron vertidos en zonas más próximas a la costa y, por tanto, con menos coste. Pescadores admiten que, durante las obras del dique, llegaron a detectar restos del vertido en sus redes, lo que prueba que no se realizó en el punto autorizado», dijo.

Los ecologistas también denuncian que «las obras en Marina Ibiza prevén dragar 80.000 m3 de fangos y no hay constancia de evaluación ambiental ni de analíticas o autorización del punto de vertido», apuntó Prats. GEN y EA denunciaron que el proyecto de ampliación ha sufrido cambios «que no se han puesto a exposición pública», al tiempo que reclamaron que el presidente de la APB, Francesc Triay, «mantenga un debate en público, en un medio de comunicación neutral, para que se vea quién miente».