Finalmente la Conselleria balear de Medi Ambient ha aceptado que la depuradora de Vila se construya en el antiguo campo de tiro de sa Coma, tal y como quería el Consell. El factor determinante ha sido que el Ministerio de Medio Ambiente se ha comprometido a asumir todo el coste necesario para que la planta funcione e incluso ha anunciado que arreglará el alcantarillado de la ciudad de Eivissa, que es algo que provoca grandes problemas de olores porque el agua residual llega muy podrida a la depuradora.

El presidente del Consell, Xico Tarrés, destacó que el acuerdo ha sido posible gracias «a la voluntad de todos» y explicó que han llegado a un pacto para que el Ministerio se encargue de llevar toda la dirección de obra y el control para que la nueva depuradora no provoque olores.

El conseller balear de Medi Ambient, Miquel Àngel Grimalt, considera que «el retraso ha valido la pena» porque es un «buen emplazamiento» ya que esta ubicación no genera quejas por parte de nadie. «Teníamos dudas de si esta ubicación funcionaría técnicamente porque es la más alta de toda la parcela», explicó Grimalt, que indicó que el problema es que se tiene que hacer un pretratamiento para impulsar el agua. «Ahora el Ministerio nos confirma que estos problemas no existirán porque está dispuesto a hacer la inversión necesaria», resaltó el conseller, que señaló que uno de los principales problemas es la mala calidad de las aguas residuales que llegan hasta la planta por culpa del alcantarillado de Vila. «Llegan muy corrompidas y esto provoca que no funcione bien y que haya muchas averías, con molestias a todo el entorno», añadió Grimalt.

«Somos insularistas»

El conseller aseguró que han decidido hacer caso de lo que «quieren los ibicencos» porque son «insularistas». «Como el Ministerio ha dicho que hará todas las inversiones necesarias nosotros ya no tenemos nada que decir, simplemente aceptar», añadió el conseller, que reconoció que eran reticentes porque preveían que una planta en un lugar así podía «crear problemas».

El proyecto, al ser en una cota algo más elevada, será más caro, aunque la redacción del mismo no tardará más tiempo por este motivo. «En este caso es un tema de voluntad de invertir», explicó Grimalt, que matizó que las diferencias que ha habido con el Consell han sido sólo por una simple cuestión de viabilidad técnica. «Hemos aceptado cuando el Ministerio nos ha dado garantías de que era viable y de que no repararían en gastos». Tarrés destacó al respecto que la depuradora se declarará de interés general, lo que implica que el Ministerio asumirá todos los costes. Además, aseguró que el retraso es «relativo» porque el Consell es propietario oficial de sa Coma desde el pasado viernes. Ambos responsables políticos incidieron mucho en que el alcantarillado de Vila es un gran problema porque tiene muchas fosas sépticas, la red no tiene pendiente y hay infiltración de agua de mar.

La redacción del proyecto establecerá si la actual depuradora de Vila se podrá desmantelar del todo o no. «Hay diferentes alternativas técnicas y se valorarán las que generen menos problemas», explicó el conseller, que indicó que la depuradora actual podría quedar como planta de pretatamiento. «La condición que hemos puesto y que ha sido aceptada por el Ministerio es que se hagan todas las inversiones y que si queda un pretratamiento no genere ningún problema», dijo Grimalt.

El conseller evitó dar fechas de cuánto durará la tramitación y construcción de la depuradora por parte del Ministerio porque la tramitación administrativa incluye una evaluación ambiental y «el Estado es una máquina diésel y no es muy rápido». La redacción del proyecto podría estar lista en dos o tres meses, pero luego tiene que pasar por toda la tramitación administrativa. La construcción en sí podría durar un año o un año y medio. Tarrés indicó que se daría por satisfecho si las obras comenzaran dentro de un año. Grimalt también destacó que ahora tendrán que dar batalla para que se agilicen los trámites.