(Barcelona, 1928), hijo de padres ibicencos. Desde pequeño pasaba temporadas en Eivissa que sólo se interrumpieron durante los años de guerra. Bancario de profesión, precisa que no banquero, han sido la fotografía y los viajes las dos pasiones de su vida. Ha viajado por todo el mundo. Chipre hizo el número 103 de los estados que ha visitado a lo largo de su vida. Su mujer fue su primera compañera de viaje y después su hijo. Una exposición en Sant Agustí es uno de sus proyectos para este año.
-¿De dónde le viene la afición a la fotografía?
-De mi juventud de montañero. Soy socio de un centro excursionista de Barcelona desde los 15 años. Hice excursiones por el Pirineo, probé la escalada y todo lo que es la montaña. Iba siempre con una máquina, muy sencilla para hacer fotos. Todavía tengo clichés de aquella época. Conservo fotos de blanco y negro de los años 40 y 50.
-Pero se dedicó a la banca.
-Sí, estuve desde los 16 a los 58 años trabajando en la banca. Llevo 23 años jubilado en los que me he dedicado a la fotografía y a los viajes, las dos cosas van juntas.
-¿De qué país guarda mejores recuerdos?
-Conozco 103 países, yo cuento los estados con gobierno y bandera, como el Vaticano, San Marino o Andorra. A Argentina he ido tres veces y a Brasil, dos. De tantos países y lugares que conozco tengo tantas impresiones que es imposible mencionar solo uno. He estado en Mongolia, Yemen, Laos, Camboya, Brimania, Etiopía, Senergal... He estado en lugares muy bonitos, están muy bien, que me han impresionado pero como Eivissa nada. Aquí me encuentro muy bien.
-¿Y el peor recuerdo de un viaje?
-Me dispararon en Yemen cuando íbamos en un todoterreno un matrimonio de Murcia, mi hijo y yo. Nos querían parar y al no hacerlo, dispararon. No pasó nada, tocaron sólo un neumático y afortunadamente estábamos muy lejos cuando tuvimos que cambiar la rueda.
-¿Eso le frenó su afición de viajar?
-No, para nada. No tiene que ver una cosa con la otra. En Mongolia me apedrearon. Ha sido el lugar más difícil: tienes que tener una afición tremenda a los viajes porque no hay carretera y con temperaturas extremas. Una noche que estábamos acampados salimos a pasear mi hijo y yo. Empezaron a caer piedras. Íbamos hablando en catalán y el guía nos explicó que nos habían confundido con rusos ya que Rusia había represaliado a Mongolia.
-¿Qué viaje le queda por hacer?
-Todo lo que se pueda imaginar lo he hecho. Me quedó Bután pero no puedo ir porque está a más de tres mil metros de altura y hace más de 10 años que llevo un marcapasos. Me queda ir a Tailandia, un lugar al que va todo el mundo, es de cara al turismo y no me gustaba. Conozco los países de alrededor y he visto lo más auténtico de Talilandia al norte de Laos. Me queda por hacer y puede ser que lo haga.
-¿Adónde me recomendaría viajar?
-A Vietman y a Egipto, que es muy turístico pero es muy importante. Es uno de los países que me impresionaron hace 30 años.
-¿Qué opina como ex trabajador de la banca de la situación actual de la crisis?
-Que se superará. En mis 81 años he vivido tres crisis.
-¿Y como viajero qué le parece la oferta del todo incluido?
-A mí no me va esta forma de viajar. Es al contrario de cómo yo siempre he viajado, de moverme, ir a los mercados, a los lugares importantes de cada lugar, poder hablar con la gente. En Japón estuve con familias japonesas, comiendo con ellos. He podido integrarme y conocer la forma de vida de la gente. Quiero hacer un libro que recopile las fotografías de mis viajes, que sea ameno. Técnicamente no se nada de la fotografía, nada de complicaciones. Aquí me conocen como fotógrafo porque cada año hacía una exposición del último viaje que había hecho.
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