Satisfacción generalizada por el buen desarrollo de la segunda edición de la Pasarel·la Formentera en la playa de es Pujols. Políticos, público y diseñadores se mostraban muy contentos por cómo había transcurrido la velada. El conseller de Turisme, Movilitat, Comerç i Indústria, Josep Mayans, estaba ayer satisfecho y aliviado a partes iguales después de que la noche del jueves pudiera celebrarse la segunda edición del desfile: «Tuvimos mucha suerte con el tiempo, porque durante todo el día estuvimos pendientes de qué iba a pasar y la verdad es que no nos gustaba nada la posibilidad de que a última hora tuviéramos que suspender el acto y pasarlo a hoy (ayer para el lector). Hubo nervios pero finalmente todo salió bien».

Mayans señaló que «está claro que se trata de un evento que despierta mucha expectación entre la gente y la prueba es que hubo ochocientas personas, o quizás más, en la playa de es Pujols para ver el desfile», pero al mismo tiempo mostraba su satisfacción personal afirmando: «Estoy contento porque los diseñadores quedaron muy satisfechos con la organización, con el desarrollo del desfile y con la acogida de sus creaciones por parte de los espectadores».

De cara al futuro, el conseller de Comerç piensa que «la Pasarel·la Formentera debe ser el máximo exponente de la moda de la isla; una moda que ya tiene su propia imagen y que parece ser que se está consolidando distanciándose de la moda Ad-Lib, siempre asociada a Eivissa, y que con esta segunda edición ya ha dado un paso adelante respecto a la del pasado año».

Perseverancia

En este sentido, Mayans propugnó perseverar y no dormirse en los laureles: «Hay que ir mejorando año a año, pero siempre teniendo en cuenta que los presupuestos en Formentera siempre son muy ajustados, pero pese a eso ya se ha dado un salto cualitativo y ello sólo puede conseguirse con el trabajo bien hecho».

Para Mayans, es importante que los cuatro establecimientos que mostraron sus creaciones como comercios que tienen creación y producción propia den el salto para poder, a través del Institut de Desenvolupament Industrial, obtener la acreditación como diseñadores para poder desfilar. «Pero no sólo ellos -añadió-, sino gente joven y nueva, porque de cara al futuro es obvio que ha de ir produciéndose una renovación, de lo contrario la Pasarel·la Formentera morirá».

El presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer; la consellera de Comerç i Indústria del Govern Balear, Xisca Vives, y otros políticos presentes en el desfile, coincidían en sus apreciaciones elogiosas del evento y los espectadores eran de la misma opinión: había sido una gran fiesta, un gran espectáculo con la moda como excusa o como hilo conductor.

Bautismo de fuego
Por su parte Anabel Costa, de Macramé, que pasaba por su bautismo de fuego en estas lides explicaba ayer: «Fue una experiencia nueva y muy buena que me sirvió para aprender muchas cosas», afirmando que, tras ese debut, «de cara al año próximo trabajaremos mucho para intentar mejorar en algunos aspectos». Paralelamente, Costa destacó el gran éxito de participación y de público y al referirse al temor de si la lluvia haría acto de presencia y obligaría a posponer o suspender el desfile solo esbozó un «afortunadamente todo salió bien». «No tuve tiempo ni de ponerme nerviosa porque todo es tan rápido, en todo momento estás controlando los cambios de vestido y prácticamente no tuve ni tiempo de ver mi propio desfile».