La popa de la barca es el lugar idóneo para contemplar el paisaje. Foto: TONI MILIAN
02/09/09 0:00
Jaume es el patrón de El Corso, una barquita de lo más pintoresca, utilizada por sus usuarios para diferentes usos. Según cuenta Jaume, «hay gente que la coge para ir a trabajar, otra que va a la playa, pero lo que más se ve es gente que no quiere encontrarse con los típicos embotellamientos en la carretera y se desplaza barca». Junto a él, Deli, una marinera que se encarga, entre otras cosas, de cobrar el ticket. Entre los dos, comentan el porqué de escoger esta barquita: «Se ve lo bonito de Eivissa en un paseo agradable. De noche, tiene mucho encanto ver Dalt Vila iluminado mientras se llega apuerto».
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