Los participantes del curso escuchan las lecciones sobre técnica teatral, que les permite tener conciencia corporal delante del público en el momento de cantar. Foto: GERMÁN G. LAMA

Las piezas de Mozart serán las protagonistas en el VI Curso de Canto i Expresión, que se imparte en la Escuela de Música de Can Blau, Sant Agustí.

Por sexto año consecutivo, este curso dio inicio el pasado miércoles, impartiéndose hasta este domingo, donde se celebrará una jornada de puertas abiertas, para todo aquel que se anime a venir y donde además los participantes cantarán unas piezas preparadas durante el curso: «El domingo, que será la última clase del curso, podrá venir aquel que lo desee e incluso los participantes del curso cantarán; no obstante, no lo consideramos concierto por la expectativa y presión que ello conlleva. Será como una clase dirigida a las personas que vengan», afirmó Carina Mora, soprano y profesora de canto. Aunque suelen ser grupos reducidos, numerosas personas se quedan sin poder participar por cuestiones de trabajo, por lo que en invierno tienen pensado, si se puede, ofrecer otro curso similar.

«Este año, contamos con veinte alumnos y vienen personas de todo tipo: los que estudian canto, los que participan en algún coro de manera profesional, los que sólo tienen algunos conocimientos y una gran voz...», explicó Carina. Pero no sólo se centran en el canto, sino que procuran que la expresión musical combine con la expresión del cuerpo, ofreciendo actividades como técnica teatral, cuerpo y baile. «Los alumnos comienzan a las nueve de la mañana con la clase de cuerpo, para empezar a activarse ya que, al fin y al cabo, el cuerpo es el instrumento del cantante. Después, se calienta la voz, para tener la media hora individual de canto, además de las disciplinas que complementan los estudios», comenta Yolanda Riera, mezzosoprano y también profesora de canto, a lo que Carina añade: «Cuando tienen tiempo libre, los alumnos pueden escuchar como cantan los demás». El horario previsto del curso es muy intensivo. Comienza de nueve de la mañana hasta las dos de la tarde y luego vuelven con las actividades de cuatro y media hasta las ocho y media.

«Son cuatro días en los cuales la experiencia que les aporta a nivel personal es muy importante para los alumnos. También el hecho de compartir con los demás. Se consigue desconectar porque al encontrase en un lugar un poco aislado como lo es Can Blau, para los alumnos es como una inversión, para relajarse y disfrutar con la voz», puntualizó Carina.

Para ellas dos, todos los cursos albergan momentos muy emotivos y especiales, que mantienen en el recuerdo: «No sabríamos decir uno en concreto, ya que todos los momentos que pasamos enseñando canto son muy especiales y únicos, y no podríamos elegir sólo uno». A.R