Las mujeres en edad sexual activa deberían someterse a citologías anuales con el fin de prevenir el desarrollo de cualquier tipo de cáncer en general, y de manera más específica, del cáncer de cervix, según recomiendan los responsables del Servicio de Ginecología de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario.

Según matizó la ginecóloga Gema Rodríguez, aquellas mujeres que cambien de pareja, al menos una vez al año, y que, por lo tanto, estén expuestas al Virus del Papiloma Humano (HPV), deberían llevar un exhaustivo control de su salud en este ámbito.

Las mujeres de entre 18 y 35 años y con este perfil pueden en un 70% de los casos haber tenido al menos un contacto con este virus, matizó Rodríguez, quien apuntó que son muchas las operaciones de cáncer de cervix que se realizan en este ámbito «cuya solución pasa por el diagnóstico precoz».

Aprovechar la consulta para someterse también una mamografía anual «es lo ideal en materia de prevención» según consideró la doctora para quien, al contrario de lo que se piensa, «a veces es mejor que una mujer joven se haga revisiones anuales que una que supere los 65 años, quien puede hacerse una citología cada dos o tres años».

El HPV es el causante además, en muchos casos, de problemas de fertilidad, que también se tratan en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario.

En casos como los embarazos extrauterinos que necesitan de cirugía «se operan con un 100 por ciento de éxito». En esta línea la ginecóloga destacó el avance que supone la cirugía laparoscópica, que se usa en el 95 por ciento de los casos, «ya que, al tratarse de una técnica mínimamente invasiva, el tamaño de las cicatrices disminuye, lo cual mejora la recuperación de las pacientes», matizó.

Rodríguez puso como ejemplo de los tratamientos de fertilidad el caso de una mujer joven a quien una operación de intestino que le hicieron de pequeña le produjo la obstrucción e inflamación de las trompas, causa directa «por la que no se quedaba embarazada».

Tras acudir a otro centro de fuera de la isla, donde la operaron para intentar corregir este problema y la sometieron a cinco in vitro, la paciente, al ser ibicenca, «nos vino a contar su caso ya que le habían asegurado que no podría ser madre». Se le operó entonces con laparoscopia para evitar que sus trompas liberasen un tóxico que impedía este proceso. Finalmente, la paciente se quedó embarazada a la primera.