El Consell quiere que la nueva depuradora de Vila, que se situará en los terrenos de sa Coma, se ubique en una cota de 97 metros de altura, aunque esta elevación se podría rebajar una decena de metros haciendo un desmonte para que el coste de construcción y de impulsión de las aguas sea menor. Según ha podido saber este periódico, esta semana hubo una reunión técnica entre la Conselleria balear de Medi Ambient y el Consell en la que los técnicos de Medi Ambient advirtieron de que esta elevada cota encarecerá la inversión y el gasto corriente en la planta, ya que hay que colocar tuberías más largas, además de que la impulsión diaria de las aguas sucias también aumenta su coste.

Desde la máxima institución insular no quisieron ayer entrar en cifras concretas y se limitaron a señalar que están negociando con la Conselleria para conseguir la mejor solución posible. Desde el Consell apuestan por una depuradora de «última generación» que esté totalmente integrada en el paisaje y que se salga un poco del estándar que tiene previsto Medi Ambient. De hecho, desde el Consell prefieren una depuradora más moderna y alargada, que se adapte al terreno. Reconocen que el coste de esta planta puede ser más elevado, pero indican que lo mejor es situar la depuradora a esa altura, alrededor del antiguo campo de tiro, para molestar lo menos posible a los vecinos. De todas formas, aseguraron que una planta tan moderna no produce malos olores, porque quieren que cuente con la última tecnología. Desde el Consell reconocieron que están inmersos en un proceso de negociación con Medi Ambient en lo que de lo que se trata es de conseguir un término medio. «Confiamos en la sensibilidad de la Conselleria», aseguraron.

El jueves se celebró una reunión entre técnicos de Medi Ambient y del Consell para acabar de decidir la ubicación concreta de la depuradora dentro de sa Coma. Desde el Consell resaltaron que reducen a la mitad el coste de impulsión de aguas que se producía en sa Serra des Collet, donde la cota era de 140 metros. Sin embargo, esta elevada altura del campo de tiro de sa Coma (casi 100 metros) supone también un elevado coste que se podría reducir si la planta se situara en otra zona del antiguo recinto militar, según argumentaron los técnicos de Medi Ambient en el encuentro.