Sant Josep ha ampliado la red de agua desalada a Cala Codolar, Cala Bassa, Cala Corral, Port des Torrent, Cala Tarida, Roques Males, y una parte de Cala de Bou, lo que significa que 51% de los clientes de Aqualia registrados en todo el municipio ya reciben agua de buena calidad.

Según explicó Josep Antoni Prats, esta zona tiene ahora «agua desalada de forma estable», después de que se estuvieron realizando pruebas durante las últimas semanas. Estas mismas pruebas se extienden ahora a las Calas de Ponent, que comprenden Cala Tarida, Cala Carbó, Cala Vedella, Caló des Real y a la zona oeste de Sant Jordi, como son Cala d'en Fita, Can Frígola que próximamente se sumarán de forma estable a la red. Según destacó Prats, «hace dos años sólo una parte de Cala de Bou tenía agua desalada», lo que suponía un 19% de los clientes. Con las nuevas áreas y sumando Sa Carroca y Sant Jordi, que fueron las ampliaciones más recientes, se alcanzará el 69% del municipio.

En cifras, el concejal explicó que los 9.133 clientes registrados en la empresa Aqualia (se calculan 4 personas por contar), 6.500 cuentan con agua desalada mientras que los 2.700 restantes están a la espera de la interconexión de las desaladoras. Esta interconexión que está realizando el Govern balear, completará el 100% de los clientes, ampliando la red a las áreas de Sant Josep, Platja d'en Bossa y Es Cubells, «una zona de gran superficie pero que donde vive menos población», apuntó.

En este sentido, el edil recordó que dar servicio de agua desalada a Sant Josep «es muy complicado» tanto «por la orografía del terreno» como por «la dispersión de los núcleos de población». Por ello aseguró que en la nueva ampliación habrá zonas que necesiten algún ajuste, por lo que solicitó a los vecinos que si tienen alguna incidencia como falta de presión o cambio de color del agua, «comprendan que es porque estamos haciendo funcionar las cosas de manera que puedan tener agua de buena calidad de forma estable».

Junto al concejal presentaron la ampliación el jefe de producción de Aqualia en Eivissa, Damià Muñoz, y el jefe de servicio de la empresa, Jordi Grivè, que también demandó comprensión a los usuarios por las interrupciones o bajadas de presión que pueden producirse, ya que, según explicó, «son necesarias a fin de mejorar toda la red existente que consta de 250 kilómetros y 19 depósitos.