El bar Can Rafal de Vila, situado en una de las zonas más comerciales del barrio de La Marina, vivió ayer uno de los días más especiales de su historia y también uno de los más tristes. Durante todo el día, el bar recibió el goteo de vecinos y clientes habituales que querían despedirse de Vicent Marí y Maria Marí que tras 33 años al frente del bar ayer atendieron el negocio por última vez. «Esta es como nuestra casa. Llevamos 33 años con el bar y nuestros hijos han crecido aquí», comentó Vicent Marí que lleva trabajando en él desde que tenía 11 años y desde el año 1975 cómo responsable. El día 1 de julio cumple el contrato de alquiler que no ha sido renovado.

30 años de recuerdos

Tanto Vicent como Maria se emocionan cuando hablan de la cantidad de recuerdos y situaciones que han vivido en este sencillo bar. «El barrio ha cambiado al cien por cien. Antes por aquí venía la gente del campo con carro y ahora atendemos a turistas, vecinos y comerciantes», explica Vicent, que interrumpe la entrevista para recibir un ramo de girasoles de unos clientes extranjeros. «Estos son nuevos pero saben que hoy es el último día», comenta. En una de las paredes del bar cuelgan fotos y bufandas de equipos de fútbol. «Muchas veces hemos recibido fotos e incluso esas bufandas de fútbol de forasteros que venían por aquí», comentó Maria.

Vicent Marí también es conocido como Flexa. Así lo llaman cuando era apenas un niño por su gran velocidad cuando jugaba al fútbol. «El nombre me lo puso su hermano», explica Vicent señalando a uno de sus clientes. «Pero no era nada bueno sólo era rápido», añade. Mientras , examina un recorte de prensa en la mano donde aparece la foto de su equipo fútbol del año 1954, otro de los vecinos se acerca a saludar. «Que cerréis es una de las peores cosas que le han pasado al barrio», comentó Juan.

Durante este fin de semana aprovecharán para recoger todas sus cosas y así poder entregar las llaves del local el mismo día uno. «Vamos a extrañar mucho a los vecinos y creo que ellos también nos echarán de menos, son como de la familia», comentó Maria Marí.

A última hora de la tarde numerosos vecinos, familiares y amigos se acercaron a despedir y homenajear a Vicent y a Maria en un fiesta sorpresa en la que también hubo ball pagès.