Isabel Faya, una mujer de Girona aunque nacida en Barcelona, busca en Eivissa al padre de su hermanastra Sonia, Valentín, para que aquella pueda conocerlo. Aprovechando que tenía previsto desplazarse a la isla y sabiendo de manera indirecta que la ex pareja de su madre podía encontrase aquí, Isabel trata de hallar su paradero para poder dar una sorpresa a su hermana, que siempre le preguntó por él y del que ella siempre habló con cariño. Por determinadas circunstancias, sin embargo, padre e hija nunca se han llegado a encontrar, pero ella sabe que a su hermana le haría una gran ilusión, reconocía ayer emocionada. Lo recuerda, de cuando era niña, como una persona «muy agradable, con la cara muy dulce». Sin embargo, han pasado ya más de treinta años y es consciente de que existe la posibilidad de que él no quiera ponerse en contacto con ellas, después de tantos años sin tener noticias unos de otros. Recuerda, eso sí, que la familia de él se había desplazado a vivir a Mallorca y precisamente desde allí le llegó la noticia de que muy posiblemente él podía estar en Eivissa, donde tiene la esperanza de encontrarlo.