Con uno de sus bisnietos en brazos, el agasajado Juan Torres Escandell. Foto: MARCO TORRES

La residencia Can Blai al completo, entre internos y personal, además de familiares y amigos, participó en la fiesta de cumpleaños de Juan Torres Escandell, que ayer cumplió 104 años. Una enorme tarta de chocolate aguardaba en la entrada del comedor de la residencia a que la colla de Labritja, municipio en el que nació Juan Torres, terminara su particular homenaje de música y baile tradicional. Una vez finalizado el ball pagès, el dulce se paseó por todo el salón coronado por las velas encendidas que debía soplar el longevo residente. Y lo consiguió, sin mayor esfuerzo que el supone apagar tres velas al cumplir más de cien años. No faltó tampoco el habitual canto de 'cumpleaños feliz' y el fuerte aplauso en tan emotivo momento.

Juan Torres estuvo acompañado por toda su familia y se podían ver allí, entre los mayores de la residencia, a varios de sus siete bisnietos. También estaban sus hijos, que tiene cuatro, y varios de los nietos, que en total son seis, además de otros familiares que no quisieron faltar a la cita. «Está muy bien de salud. Cada día lee el periódico sin gafas ni nada. Tiene la misma cara que hace treinta años», comentaba con humor Antonio Marí, un sobrino del protagonista. Al acto también acudieron Patricia Abascal, consellera de Benestar Social del Consell d'Eivissa y Antoni Marí Marí, alcalde de San Joan.

Juan Torres Escandell nació el 9 de febrero de 1905 en Sant Vicent de sa Cala y dedicó la mayor parte de su vida al mundo del mar. «Se nota que ha sido una persona muy trabajadora. Él nunca se queja por nada; sólo quiere que las cosas se hagan bien», comentó uno de los cuidadores que le acompañan cada día. Natalia Salazar