El Consell quiere fomentar la instalación de placas solares en los tejados de los edificios. Para ello, está explorando la posibilidad de dotar con este tipo de energía renovable todos los edificios del Consell y las nuevas dependencias de sa Coma. La fórmula consiste en contratar una empresa especializada que realiza la instalación y se pone en contacto con GESA para vender la electricidad sobrante que se consigue. A cambio, la empresa paga un alquiler mensual del tejado. «Lo que también queremos conseguir con esta acción es dar a conocer entre la ciudadanía esta fórmula, porque si bien sólo un tejado no es interesante para estas empresas, sí lo pueden ser un par de edificios o una barriada», explicó el conseller de Mobilitat, Albert Prats, que cree que muchas veces los ciudadanos no instalan energía solar por el gran papeleo que conlleva. «Y muchas veces lo más complicado es luego ponerse de acuerdo con la compañía eléctrica», indicó el conseller, que considera que los trámites con GESA para venderle la electricidad sobrante pueden ser de lo más «farragoso». Por eso, una solución es poner a disposición el tejado a una de estas empresas para que ellos tramiten todo el papeleo y se encarguen de lo más complicado. «La dificultad más grande es la tramitación, además de que se tarda mucho tiempo en amortizar y lo que queremos es que el papeleo no sea una carga para el usuario», añade Prats.

Este año se han dado 100.000 euros en ayudas para la instalación de energía solar, 30.000 para energía fototérmica y 70.000 para fotovoltaica. Según el conseller, las peticiones de subvención por parte de los ciudadanos han coincidido prácticamente con lo que se ofertaba desde el Consell, porque sólo se han pasado en dos o tres mil euros. «Valoro positivamente el resultado de estas ayudas, pero es cierto que para que llegue a notarse una política de energías renovables en Eivissa hace falta muchísimo más porque esto sólo es una gota en el oceáno», reconoce Prats, que indicó que estas subvenciones sólo cubren la necesidad de personas que no pueden acceder a la red eléctrica por vivir en núcleos aislados. «El hecho de que la oferta y la demanda hayan coincidido es también positivo porque en su momento hubo críticas de que era una cantidad muy pequeña», añadió el conseller. Las ayudas pueden llegar a cubrir el coste de la instalación, pero tienen un tope máximo.