El Grupo Municipal del Partido Popular en el Consistorio de Eivissa quiso poner ayer de manifiesto el «distinto talante» de su formación en aquellas instituciones donde gobiernan, frente a los ayuntamientos regidos por el PSOE, y han indicado que el alcalde de Sant Antoni, Josep Sala, ha negociado durante un mes y medio los presupuestos del Consistorio para 2009 con la oposición de PSOE-ExC. «En Vila, el equipo de gobierno entregó los presupuestos al Partido Popular seis días antes del pleno extraordinario convocado para su aprobación. Esas son las formas de gobernar de la alcaldesa Lurdes Costa», dicen los populares de Vila.

Además, los populares señalaron que las cuentas municipales del municipio de Portmany eran más «fáciles de consensuar, ya que, mientras en Vila aumentan las tasas de la escoleta municipal y el cementerio, y un 32,8 por ciento el precio del agua, el Gobierno de Josep Sala ha congelado todos los tributos municipales y ofrece a sus vecinos un descuento del 2 por ciento en caso de domiciliar los recibos».

Los ediles del Partido Popular señalaron que «la oposición constructiva y responsable no significa entregar un 'cheque en blanco' al Gobierno -sea del color que sea-, sino aquella que tiene enfrente a un Gobierno capaz de sentarse a negociar aspectos vitales para la calidad de vida de los ciudadanos».

Los populares de Vila han destacaron que su formación ya ha dado suficientes «muestras de talante al consensuar propuestas con el Gobierno municipal de Lurdes Costa, entre las que destaca la elaboración de una ordenanza para sustituir multas económicas por trabajos en beneficio de la comunidad, el ahorro de papel en las dependencias municipales y la redacción de una nueva normativa sobre antenas de radiofrecuencia en el municipio».

Asimismo, los concejales del Partido Popular recuerdan que un mes antes de la presentación del Presupuesto su grupo formuló al equipo de Gobierno once medidas concretas de contención y austeridad en el gasto público, incluidas en un Plan de Ajuste Presupuestario que PSOE-ExC no quiso «ni entrar a discutir».