La polémica que ha surgido a raíz de que la franquicia de Pachá en Valencia sortee un aumento de pecho entre las asistentes a una fiesta del 5 de diciembre fue tildada ayer de «ridícula» por parte del propietario de la marca y creador de Pacha, Ricardo Urgell.

«Me parece ridículo que la prense se interese por eso. Es un poco de risa», apuntó el dueño de la marca. «La prensa está un poco aburrida y necesita temas por lo que deberían estar agradecido por que salgan cosas tan tontas», añadió. «De nada se hace un castillo», remcarcó. «Ya no se sabe qué hacer porque en nuestra sociedad de consumo cualquier cosa es un motivo para provocar al consumidor pero, ¿qué tiene de malo?», se preguntó Urgell.

El creador de la franquicia de locales de ocio nocturno considera que «quizás el hecho curioso es que se sortee un aumento de pecho porque, si fuese una operación de nariz, posiblemente ni se hablaría».

Cosas peores

Ricardo Urgell defiende que se trata de una cuestión impulsada desde la franquicia valenciana, de la que tuvieron conocimiento ayer cuando se publicó en los medios de aquella autonomía, y reitera que «el tema yo, personalmente, lo encuentro simpático puesto que he visto cosas peores».

«Existe una fiesta que se llama 'fóllame, soy famoso' y otra en la que uno de los números sobre el escenario consiste en introducirse cosas en la vagina. El sexo está muy presente, funciona así el mundo de hoy en día», apuntó.

Respecto a si en un futuro podría trasladarse esta iniciativa a la discoteca de Eivissa, Urgell afirmó que «aquí yo no la haría, no la veo, aunque hay cosas más vulgares y más extremas».

A pesar de que el propietario de Pacha no considera que la polémica surgida pueda repercutir negativamente en la marca, fuentes del grupo de discotecas señalaron que a última hora de ayer estaba previsto que el gerente de la sala valenciana, Carlos Monsell, viajara a Eivissa para tratar esta cuestión con los responsalbles de franquicias de Pacha.

El gerente de Pacha Valencia, Carlos Monsell, aseguró ayer que no tenía intención de dar marcha atrás porque sería «reconocer que se ha hecho algo mal». A pesar de estas palabras, el cartel que anunciaba el premio fue sustituido en la tarde de ayer en la web del local por otro en el que se cambiaba por un 'bono de estética', lo que incluiría otras intervenciones o tratamientos y no sólo el implante mamario (valorado en 4.500 euros). El Ministerio de Sanidad, la Dirección General de la Mujer de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia anunciaron que tomarán medidas o abrirán expedientes informativos contra la sala.