Las obras de mejora de la carretera que une Corona, Sant Mateu y Sant Miquel fueron inauguradas ayer por el Consell d'Eivissa, que invirtió 1,2 millones de euros en «conseguir condiciones de seguridad, uniformidad y comodidad para los usuarios». Esta vía, de 11 km de extensión, cuenta desde ahora con una rehabilitación superficial del firme, nuevos elementos de drenaje, accesos acondicionados, nueva señalización, balizamiento y también con vallas de contención y seguridad.

El conseller de Vías i Obres, Albert Prats, el presidente del Consell, Xico Tarrés y el alcalde de Sant Antoni, José Sala, presidieron esta inauguración que se realizó recorriendo la carretera en autobús, con medios de comunicación de la isla y representantes insulares y municipales a bordo.

Según explicó Prats, el Consell pudo llevar a cabo estas obras debido a que la carretera pasó de ser competencia municipal a insular. «Esta vía debía ser considerada prioritaria porque conecta núcleos de la isla», explicó el conseller, quien destacó los nuevos badenes instalados porque cuentan con un refuerzo de seguridad para motoristas. En este sentido, en caso de accidente disminuyen el daño y, por su flexibilidad, impiden que los conductores puedan rebotar y pasar al otro lado de la carretera.

Asimismo, los márgenes de la vía fueron limpiados de vegetación, y se sumaron también una decena de sistemas de drenaje a los cinco existentes para evitar la acumulación de agua en la carretera. Según explicó Prats, este sistema permite que, a través de rejillas, el agua caiga a una tubería que cruza por debajo y de forma transversal la carretera para desembocar en los terrenos sin provocar daños debido a que la fuerza del agua se reduce con piedras instaladas en las desembocaduras de la tubería.

El alcalde José Sala valoró de forma muy positiva los arreglos llevados a cabo por el Consell, mejoras que, según destacó, «realmente hacía falta». Sala señaló que el motivo de traspaso de competencias se debió a que esta carretera «circunvala la isla» y que, por ello, tenía una «vocación de ser una carretera insular y no municipal», apuntó.

Por otra parte, cabe destacar también que dentro de los trabajos de mejora la carretera también cuenta desde ahora con una nueva señalización tanto horizontal como vertical, y con un balizamiento al que se han instalado indicaciones kilométricas a lo largo de toda la vía, así como en los tramos más peligrosos se ha reformado también la guía óptica mediante paneles direccionales reflectantes.

La totalidad de los trabajos realizados en esta carretera se llevaron a cabo con un tiempo de ejecución de tres meses. Según Prats, de momento ninguna otra vía municipal es susceptible de ser traspasada a las competencias del Consell. La inauguración celebrada ayer concluyó en el centro polivalente de Santa Agnès en un encuentro entre representantes y vecinos.