ombros, piernas, torso, brazos...son sólo algunas partes del cuerpo que los alumnos de las clases de jazz funky mueven para conseguir aprender todos los secretos de este baile que suscitó un gran interés entre el público más joven a partir de la emisión del programa Fama ¡a bailar! «Es un ritmo muy urbano, muy movido, por eso gusta tanto a los chicos, pero sobre todo chicas, de entre 12 y 18 años», cuenta Francisco Haro, profesor de las clases jazz funky de la escuela de baile Paso a paso. Las sesiones, que tienen lugar todos los lunes y miércoles de 19,30 a 20,30 horas, empiezan con un calentamiento general de todo el cuerpo, sobre todo de los abdominales. Según cuenta, lo que más les cuesta a los alumnos es realizar los giros con precisión: «Para un bailarín o bailarina es muy importante saber dar giros, que queden elegantes y no pierdan el eje. Al principio se marean, pero es normal». Tras el calentamiento preparan los pasos para las coreografías con la música más actual. Francisco y sus alumnas de jazz funky preparan junto con el resto de alumnos de esta escuela de baile un festival navideño donde podrán mostrar a todo el público su potencial artístico.

María José Real

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