El Servei Balear de Salut (IB-Salut) ha dado de baja a los usuarios de 39.000 tarjetas sanitarias de Balears, tras recibir una comunicación del Sistema Nacional de Salud (SNS) en la que se informaba de que había ciudadanos que constaban de alta al mismo tiempo en Andalucía y Balears.

Los hechos se detectaron a principios de agosto, tras la incorporación de los datos procedentes de Andalucía en el sistema unificado de registros que mantiene el Ministerio de Sanidad, por lo que se procedió a cotejar los datos entre ambas comunidades y a dar de baja en las Islas a las personas con doble tarjeta que constan de alta en la comunidad andaluza con una fecha de última modificación posterior a la que consta en la base de datos del Servei de Salut.

Inicialmente, tal y como explica el subdirector de Atención Primaria y 061 del IB-Salut, Joan Pou, una vez cotejados los datos entre las dos comunidades autónomas se detectaron 43.000 usuarios de tarjetas sanitarias de las Islas que podrían estar residiendo y utilizando la tarjeta de Andalucía.

«Lo que hicimos fue dar de baja las 43.000 tarjetas y remitir una carta -firmada por el director general del IB-Salut, Josep M. Pomar- en la que se informaba de la situación a los titulares de las tarjetas sanitarias que estaban en esta situación», explica Pou y añade que al mismo tiempo también remitidos una carta a los médicos que tuvieran pacientes en esta situación para que supieran lo que estaba pasando.

Un total de 4.000 de estos 43.000 usuarios han notificado que residen y están empadronados en las Islas y se les ha vuelto a dar de alta y se les ha adjudicado nuevamente médico. A fecha de 10 de octubre 1.032.000 personas figuran como usuarios de tarjetas sanitarias en las Islas.

Críticas

Pero la decisión ha creado políemica. La diputada popular Aina Castillo, sostiene que lo que ha hecho el IB-Salut es «manipular» los datos para que el conseller Thomàs «pueda cumplir su promesa de rebajar las tarjetas sanitarias de 1.800 a 1.500 por médico».

Por su parte Txema Bravo, portavoz de Atención Primaria en el Sindicato Médico de Balears (v), reconoce que esta medida ha provocado mucho malestar entre los facultativos y entre los propios usuarios de la sanidad pública. «Muchos pacientes han acudido a su médico de cabecera y se han encontrado con que les habían dado de baja», apostilla Bravo.